Un visitante inusual llegó esta mañana a la playa Las Palmas en Esmeraldas. Se trata de un tiburón ballena, el pez más grande del mundo, que quedó varado en la orilla sin poder regresar al mar.

Decenas de personas que disfrutaban del sol y la arena se acercaron para observar al gigantesco animal, que medía aproximadamente 8 metros de largo y pesaba alrededor de 15 toneladas. Algunos intentaron ayudarlo a volver al agua, empujándolo con sus manos y utilizando cuerdas y tablas. Después de varios minutos de esfuerzo, lograron que el tiburón ballena recuperara su movilidad y se alejara de la costa.

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Según los expertos, este tipo de incidentes son muy raros, ya que el tiburón ballena suele habitar en aguas profundas y abiertas, donde se alimenta de plancton y pequeños peces. Sin embargo, ocasionalmente se acerca a las zonas costeras en busca de comida o para reproducirse. Este pez realiza largas migraciones por todos los océanos templados y tropicales del mundo, moviéndose a una velocidad promedio de 4.8 kilómetros por hora.

A pesar de su imponente tamaño y su nombre, el tiburón ballena no representa ningún peligro para los humanos, ya que es una especie pacífica y filtradora. Sus dientes son tan diminutos que no pueden masticar nada más grande que un camarón. Además, tiene órganos llamados dentículos dérmicos que le permiten succionar el agua y retener el alimento.

El tiburón ballena es una especie vulnerable a la extinción debido a la pesca ilegal, la contaminación y el cambio climático. Por lo tanto, se recomienda a las personas que lo encuentren que lo respeten y no lo molesten, y que avisen a las autoridades ambientales para que lo protejan.

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