Miguel Balladares, comerciante de la Bahía, está preocupado por los robos y extorsiones que ocurren en esta zona comercial de Guayaquil. Sin embargo, esta situación también le molesta al emprendedor. Por eso intenta apoyar a que haya más seguridad de una manera creativa.

Balladares, quien tiene un negocio en las calles Ayacucho y Chimborazo, utiliza un parlante como herramienta principal para alejar a los pillos de su local y de los negocios vecinos. ¿Cómo lo hace?

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"Yo tengo un parlante en la esquina. A veces anuncio y digo, 'alerta, alerta a todos los comerciantes que tengan compradores. Señores clientes, tengan mucho cuidado, cuiden sus pertenencias'", cuenta.

Eso, dice, les ha permitido ahuyentar a delincuentes, aunque también ha provocado que algunos de estos ladrones lo amenacen. "Pero ahí salen compañeros míos, con piedras y palos y los hacemos correr", narra.

Pese al efecto positivo que han tenido con esa estrategia, el comerciante también recalca que es necesaria la realización de operativos y patrullajes policiales en la Bahía, a fin de evitar que se cometan delitos.

En esa intersección, la mañana de este jueves 1 de febrero del 2024, un grupo de gendarmes motorizados y en patrullas efectuaron una acción de control a vehículos, motos y a sus conductores, con el fin de detectar alguna situación ilícita.

El teniente Darwin Quiñónez, jefe del Grupo de Operaciones Motorizadas (GOM) del distrito 9 de Octubre, indicó que, actualmente, 50 agentes están encargados de patrullar y ejecutar operativos en la Bahía. Esto es en respuesta a denuncias realizadas por la ciudadanía, respecto al incremento de robos a personas.

"Se han incrementado los operativos con el GOM, de igual manera con personal a pie al interior de la Bahía. También con los policiclos (policías en bicicleta), que mantienen la presencia", indicó.

Mencionó que, actualmente, reciben en promedio diez alertas diarias de asaltos, pero anteriormente tenían de siete a ocho avisos. La principal forma de robar es arranchar las pertenencias de quienes estás desprevenidos. Pero también hay ocasiones en que grupos de hasta cinco pillos aprovechan las aglomeraciones para apretar a las víctimas y tomar sus objetos de valor sin que lo noten.

La preocupación de los comerciantes es más evidente desde el pasado 21 de enero, cuando Marcelo Guamán, propietario de uno de los locales, apareció muerto en la vía Perimetral, luego de haber sido secuestrado el día anterior.

Lucía Peña, una de las dirigentes del gremio de comerciantes, refiere que, a raíz de aquel trágico caso, hay más seguridad en la Bahía porque existe mayor presencia policial. Sin embargo, también mencionó que ahora los extorsionadores amenazan a los dueños telefónicamente, a través de mensajes. Por eso evitan contestar.

Ante esta situación, lo que están haciendo en comunicarse entre ellos, a fin de estar pendientes de lo que sucede en los negocios y, si es necesario, coordinar para que agentes actuén.

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