Esposa lo vio desaparecer en el afluente del Matamba

  Evelyn Centeno, Quinindé (Esmeraldas) El río Matamba parecía hacerse más ancho cuando Abelardo Estacio, de 47 años, pretendía regresar a la orilla junto a su esposa e hija. Cerca de lograrlo, el hombre se hundía y desesperado gritaba que lo auxilien porque no podía avanzar. La mujer entró en espanto al ver que su amor se ahogaba. El cuerpo de Abelardo desapareció ante sus ojos y los de su hija con quienes había acudido temprano a refrescarse. El hecho ocurrió aproximadamente a las 16:40 del lunes, en el recinto Matamba, de Quinindé, en el límite con la provincia tsáchila.  Pronto se regó la voz y moradores del sector fueron a buscarlo en el afluente. José Estacio tenía la esperanza de encontrar vivo a su hermano. El agua no devolvía al hombre, caía la noche y su mujer retornó a casa para ver a sus demás  hijos.  “Lo encontramos como a las 19:00 porque la poza no lo soltaba... parece que le dio un calambre”, señaló José, desconcertado con lo ocurrido debido a que su hermano era un buen nadador. El río Matamba era visitado frecuentemente por los hermanos desde hace dos meses en que llegaron al sitio a trabajar. Hamilton Flores, jefe del Grupo Operaciones Especiales de Santo Domingo, sostuvo que fueron alertados para el rescate del cadáver, por lo que se trasladaron al lugar. Sin embargo, cuando llegaron los moradores ya habían sacado a la víctima.

Evelyn Centeno, Quinindé (Esmeraldas)

El río Matamba parecía hacerse más ancho cuando Abelardo Estacio, de 47 años, pretendía regresar a la orilla junto a su esposa e hija. Cerca de lograrlo, el hombre se hundía y desesperado gritaba que lo auxilien porque no podía avanzar.

La mujer entró en espanto al ver que su amor se ahogaba. El cuerpo de Abelardo desapareció ante sus ojos y los de su hija con quienes había acudido temprano a refrescarse. El hecho ocurrió aproximadamente a las 16:40 del lunes, en el recinto Matamba, de Quinindé, en el límite con la provincia tsáchila. 

Pronto se regó la voz y moradores del sector fueron a buscarlo en el afluente. José Estacio tenía la esperanza de encontrar vivo a su hermano.