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Diario Extra Ecuador

Familia

Tu esposo... ¡no es tu hijo!

Que tu esposo se divierta como niño de vez en cuando con sus 'pelados' no es un problema, pero si el comportamiento inmaduro es habitual, la ‘grande’, porque se vienen los ‘pitos’

La convivencia evidenciaría una posible conducta infantil del marido.

La convivencia evidenciaría una posible conducta infantil del marido.Shutterstock

Publicado por
Romina Almeida

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Llegas agotada del ‘camello’ y te esperan las ollas, pues tienes que preparar la merienda para la ‘family’. Mientras cocina, oyes los gritos de algarabía de tu esposo e hijos... están en ronda de videojuegos.

No se puede satanizar al padre por esta actividad, pero si es la constante se pueden presentar algunos ‘pitos’.

Uno de los pilares de una relación sana es el apoyo mutuo, señala la psicóloga clínica Kathalina Urquizo. “Cuando solamente uno de los dos aporta (financieramente, o ayudando en las tareas de la casa, o siendo soporte emocional, etcétera.), esto va a causar fatiga y frustración y generará con facilidad una dinámica tóxica, y el que siente en soledad el esfuerzo manifestará una serie de emociones que le harán perder el valor de la pareja”, indica la experta.

¿Puede llegar a una separación o divorcio? Es probable, pero este no es el problema principal, sostiene Urquizo. Previamente puede haber violencia en la relación, infidelidades, desvalorización de la pareja o personal, depresión, agresividad hacia los hijos, falta de límites, problemas conductuales y ansiedad.

¿De enamorados o casados?

Puede que no se haya presentado o no se haya notado mucho por la falta de convivencia, expresa Álvaro Benites, psicólogo clínico. Sin embargo, “el compartir día a día con otra persona revela todas las facetas de la misma, y si tiene rasgos de personalidad dependiente, eso se va a notar en la cotidianidad”, puntualiza el especialista en salud mental.

Mamita y su 'harto power'

Son varias las razones que pueden hacer que el padre no se ubique en el rol que le corresponde dentro de la familia y tenga más bien una imagen ‘infantil’. Una de ellas puede ser que su propia progenitora se instaló en el núcleo como una figura de mucho poder.

En esos casos, la madre “no basó su educación en lograr que sus hijos sepan lidiar con el día a día y construyó más una dependencia y sobreprotección. Esto crea una imagen personal pobre, inseguridad frente a la relación con otros, inmadurez ante las responsabilidades”, manifiesta Urquizo.

EXTRATIPS

“Este es un mal bastante común dentro del proceso de educación que se maneja dentro de las familias en la actualidad. se desarrolla según la dinámica familiar”.Kathalina Urquizo, psicóloga clínica

El apoyo mutuo, la confianza, el respeto y el amor son los pilares de una relación sana.

“La educación tradicional nos ha enseñado a ver el mínimo error e ignorar el 99 % del esfuerzo restante, para motivar los cambios, reconozca los aciertos”.Álvaro Benites, psicólogo clínico

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