Con la promesa de una cirugía casi imperceptible, el médico Wesley Murakami arruinó la vida de docenas de personas.

Hoy, esos pacientes, iniciaron juicios en su contra.

El cirujano, que realizaba intervenciones estéticas en su clínica en Goiania (centro oeste de Brasil), está acusado de inyectar cantidades peligrosas e ilegales de relleno de metacrilo al realizar intervenciones, forma el portal de noticias inglés Daily Mail.

Bautizado por medios locales de Brasil como el ‘cirujano del terror’, Murakami aseguraba a sus víctimas que con el tratamiento mejorarían su apariencia y hasta podrían corregir defectos como cicatrices de acné.

El fraude no tardó en revelarse. Alrededor de 40 personas alegaron que la bioplastia a la que se habían sometido los dejó con el rostro inflamado que los lesionó gravemente; un procedimiento que es imposible revertir por completo.

La mayoría de los afectados han caído en depresión y sufren pensamientos suicidas al ver su rostro desfigurado, informa Daily Mail.

Alexandre Garzón declaró para el portal de noticias inglés que, en 2014, logró ser persuadido por el cirujano del terror, quien le cobró por sus servicios casi 2.000 dólares. Sin embargo, tuvo que pagar el doble para reducir el daño que sufrió después de la intervención. “En ningún momento me explicó que era irreversible. Pensé que era como Botox y saldría gradualmente con el tiempo”, recordó Garzón.

Según el Consejo Médico de Brasil, la sustancia utilizada, conocida como PMMA (polimetilmetacrilato), debe ser inyectado por médicos en los límites prescritos de hasta cinco milímetros. Las pericias sobre el caso han revelado que Murakami no tendría calificaciones especializadas para ejercer y que no está registrado en la Sociedad Brasileña de Cirugía Plástica.

El cirujano se ha defendido a través de su cuenta de Instagram mostrando casos “exitosos” que limpian su imagen de lo que él dice ser “calumnias e injurias”.