Actualidad
¡Presunto extorsionador fue pillado con una cuenta ajena abierta!
Otra víctima contó que el sospechoso le pidió 50 dólares para devolverle su red social. Otra reportera de televisión también ‘pagó’.

A María José Zúñiga la contactaron desde la cuenta de Dayanna Monroy. La joven aún está asustada. No recuperó su Instagram.
Cuando Fausto Hinojosa Benavides, sospechoso de extorsionar a la periodista Dayanna Monroy y a otras trece mujeres, fue detenido, tenía entre sus manos el teléfono celular con el que presuntamente contactaba a sus víctimas. Así lo informó la Policía.
“En el momento de la detención estaba acostado en su cama y utilizaba la cuenta de Instagram de María José Zúñiga”, reveló a EXTRA un agente encubierto de la Unidad Antisecuestro y Extorsión (Unase) de la Policía, quien participó de la detención.
Hinojosa fue aprehendido la noche del martes en el norte de Guayaquil. El miércoles, en la audiencia de formulación de cargos, la jueza Andrea Moreno le dictó medidas sustitutivas, deberá presentarse los viernes cada quince días.
La perjudicada, una joven de 28 años, estudiante de periodismo, empleada de una empresa y maquilladora profesional, contó a EXTRA que el sospechoso se contactó por primera vez con ella el pasado domingo.
“Lo hizo desde la cuenta de la hermana de Dayanna, me contó que un canal tenía un proyecto y que si estaba interesada le respondiera de inmediato. Luego me pidió mi correo electrónico para enviarme el guion”, dijo Zúñiga.
Tres horas después, desde la cuenta de su amiga, el implicado le pidió otros guiones para que los leyera. Como el material estaba pesado, el ciberdelincuente, haciéndose pasar por su Dayanna, le pidió su cuenta de Instagram.
“Le dije que no entendía, que me estaba enredando. Pero la persona que supuestamente escribía es mi amiga y confié en ella. La verdad, caí bien bonito”, mencionó.
La mañana del lunes, cuando intentó ingresar a su cuenta de esa red social, María José se percató que estaba bloqueada. Esa misma tarde recibió un mensaje desde el Instagram de la hermana de Dayanna que le decía que si quería recuperar su red social debía depositar en ese momento 50 dólares.
“Le respondí que si era una broma de mal gusto y me bloqueó desde la cuenta de mi amiga. Sin embargo, utilizaba mi Instagram para contactarse con mis amigas y pedirles sus correos y claves”, dijo.
La afectada indicó que el sospechoso antes de contactarse con una persona la analizaba, veía en qué actividad se desempeñaba y las palabras que utilizaba para usarlas en las conversaciones con sus contactos. “Me había estudiado, utilizaba mis palabras para hacerse pasar por mí”, mencionó.
Otra de las perjudicadas es la reportera de Canal Uno, Karen Lasso. A ella también le escribieron desde la cuenta de Dayanna para solicitarle su correo. Además, le pidieron que abriera un vídeo que le iban a enviar en ese momento. A los pocos minutos cuando intentó ingresar a su Instagram, la cuenta ya estaba bloqueada.
“Mi esposo le escribió a este sujeto, le dijo que nos devolviera la cuenta, porque la utilizo para mi trabajo. Él me pidió dinero a cambio de devolvérmela”, sostuvo .
Aumentaron las denuncias
El oficial de la Unase informó a este Diario que en la Fiscalía constan ocho denuncias en contra de Hinojosa, por el delito de suplantación de identidad y extorsión, pero que desde que el caso se hizo público, otras seis personas han acudido para identificarlo como el individuo que suplantó sus identidades en sus cuentas.
El fiscal Víctor González explicó que en la Fiscalía es frecuente recibir denuncias por este tipo de delitos, pero muchas veces la responsabilidad recae en los mismos usuarios, “porque damos mucha información de nuestra vida y esto es aprovechado por delincuentes cibernéticos”.
El fiscal recomendó no dar información y no aceptar a desconocidos como amigos, y que en caso de ser extorsionados, acudir a la Fiscalía para que, a través de ella, se coordine con las unidades especializadas.
Al ciberdelincuente le atrae la pornografía y no tiene valores
Como una persona “fría, calculadora, sin escrúpulos y sin valores”, describe Roberto Olaya, experto en seguridad informática, al ciberdelincuente que, como en estos últimos casos, suplanta la identidad de sus víctimas para luego extorsionarlas.
“El perfil del ciberdelincuente es de una persona que se siente obsesivamente atraída por la pornografía, es gente que ha crecido en hogares donde ha visto a los padres golpear a las madres, él mismo podría haber sido abusado”, explicó Olaya.
Otro de los rasgos, según el experto, es que esta persona “sabe perfectamente que lo tienen ubicado, pero no le importa” y generalmente suele estar asociado a mafias de pornografía, que son manejadas por gente con poder económico, por lo que podría ser protegido.
Pero el “secuestro de redes sociales” es un problema que se genera, dice Olaya, por la vanidad y el desconocimiento en el manejo de contraseñas y cuentas. “A muchas personas las engañan diciéndoles que las van a hacer más famosas, mediáticas, a través de sus perfiles digitales” y entregan toda la información y eso “no es un hackeo”.