¡EXTRA busca a este héroe anónimo!

Annabell Verdezoto / Guayaquil

Salía con el tiempo justo para llegar a su trabajo un domingo por la mañana, cuando unos vecinos detuvieron su paso para señalarle a un hombre que la esperaba en la banca de un parque cerca de su casa, en el norte de Guayaquil.

Dudó en acercarse a aquel señor que vestía jean, buzo y gorra azul. Al llamarlo, el hombre sacó inmediatamente una cédula, una licencia, credenciales y unas tarjetas de banco, para devolvérselas a Estela Delgado, quien había perdido sus documentos hace dos semanas aproximadamente, cuando fue víctima de hurto.

Era viernes por la noche cuando se dirigió con dos amigos a un departamento, ubicado en el sector de las Cuatro Manzanas, en el centro de la urbe. Parquearon el vehículo Volkswagen azul al pie de la vereda y, confiados como en otras ocasiones, de que el barrio era seguro, Estela dejó su cartera en el carro antes de subir a la casa.

Al salir del domicilio notaron un vidrio roto y el auto abierto. Los pillos se llevaron su cartera y la de su amiga, con sus documentos personales.

Estela dio por perdidos sus papeles e inició los trámites para sacarlos nuevamente. Apenas había obtenido la cédula, cuando apareció su ‘héroe’ y le evitó la complicada gestión. “Fue una sorpresa enorme cuando él me entregó mis pertenencias”.

Su héroe, como lo llamó a partir de ese momento, encontró los documentos tirados en la basura. Los divisó, decidió guardarlos y buscar la dirección registrada en la licencia de conducir para devolverlos.

Estela, asombrada por la buena acción, le tomó una fotografía e intentó recompensarlo con algo de dinero. “Rechazó la plata, dijo que no era nada y que ya Dios le pagará su buena acción”. Conversó poco con su ‘héroe’. Del breve diálogo rescató la sencillez y sinceridad con la que le reveló el miedo que tenía de que ella pensara que él había sido el bandido.

“No hay personas así en la ciudad. La empresa dónde labora debe condecorarlo”. Ella quiere volver a verlo y conversar más con él, ya que ese día ella estaba apurada.

Quiere invitarlo a comer

Estela no pudo intercambiar datos con aquel buen samaritano. Por eso realizó una publicación en su cuenta personal de Facebook para viralizarla y dar con su paradero. Confiesa que quedó pendiente una invitación a comer, como agradecimiento.

Gracias a la publicación, logró conocer que su héroe se llama Javier Romero. “He mandado mensajes a la institución y a quienes lo identificaron, pero no me responden. Mi familia también quiere agradecerle”.