Apenas salió publicado el drama de Keysha Varas Cabezas, el pasado 5 de octubre, hubo respuesta inmediata.

La niña, de un año y once meses de vida, fue mordida por un can en el lado izquierdo de su rostro. El ataque canino ocurrió el pasado 25 de septiembre, en su vivienda, en la cooperativa Balerio Estacio, noroeste de Guayaquil.

Los colmillos causaron heridas de dos centímetros de profundidad y cinco centímetros de longitud. Estas se evidencian en el entrecejo, el párpado y la sien izquierda.

Debido a las heridas, la pequeña Keysha permaneció recluida dos semanas en el hospital Francisco de Icaza Bustamante, en el sur porteño.

Las secuelas no solo fueron físicas, también psicológicas, pues la niña quedó muy nerviosa y sensible, luego del evento traumático que sufrió.

Por eso, los gerentes de Psique Center, compañía de salud mental integral, le otorgaron una beca gratuita por seis meses en estimulación temprana y terapia de lenguaje, de manera presencial y tomando las respectivas medidas de bioseguridad, debido a la COVID-19.

“Mi nena todavía sigue con nervios, pero desde la primera sesión la siento confiada y contenta con sus terapeutas, antes no permitía que se le acercaran los extraños”, manifiesta Angélica, madre de Keysha.

Jéssica Rodríguez, psicóloga y gerente general del centro, se solidarizó con el caso, como profesional y madre, por eso extendió su mano generosa. 

“Tengo una hija con una enfermedad considerada rara y hemos recibido ayuda. Es fuerte el dolor del sufrimiento de un hijo, pero uno se siente bendecido al ver la ayuda”, expresa la experta, quien declara que las terapias que recibirá la niña es para prevenir alguna afectación en sus áreas cognitivas, lenguaje, motricidad, etcétera, las mismas que podría producirse por la experiencia vivida.