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Se fue sin encontrar a su hija Carolina

Walter Garzón será sepultado hoy, en Bogotá, Colombia. Buscaba a su ser querido que se perdió hace cuatro años, en Paluco, oriente de Quito.

Imagen desaparecido
El padre colocaba los afiches con la imagen de su ser querido, en distintos sectores. En la gráfica se lo observa en Paluco, sector Monjas.Cortesía

Walter Garzón invitaba, con su megáfono, a que las personas no olvidaran a los desaparecidos. Con su gorra, una mochila y pancartas con la imagen de su hija Carolina se paraba frente a Carondelet, en la Plaza Grande, para refrescar la memoria a las autoridades, con aquella lucha que llevaba a cabo desde que su ser querido desapareció en Quito.

Pero el encuentro no se produjo entre Walter y Carolina, quien se perdió el 28 de abril de 2012, en Paluco, sector Monjas (centro-oriente de Quito). La muerte le ganó a Garzón la mañana del 12 de septiembre en Bogotá, Colombia.

Hoy está previsto que el hombre sea enterrado en su país natal, desde donde salió hacia Ecuador después de un mes del suceso que destrozó a su familia.

Sus amigos atribuyeron que el deceso se produjo por la depresión que acumulaba en su interior, pero que no la demostraba cuando daba ánimos a los demás en la búsqueda de los allegados sin rastro.

“Lo vi hace dos años, durante la reconstrucción de los hechos en el caso de Carolina. Se lo veía demacrado porque estaba muy enfermo”, contó Telmo Pacheco, presidente de la Asociación de Familiares y Amigos de Personas Desaparecidas en Ecuador (Asfadec).

Pacheco alojaba en su vivienda a Álix Ardila, esposa de Walter, durante los rastreos. Él se ausentó por los problemas de salud que le causaban gripes constantes y también afecciones en su próstata.

“Tengo entendido que tuvo una complicación en sus pulmones. Posiblemente le dio un paro cardíaco”, detalló Lidia Rueda, secretaria de Asfadec.

El sufrimiento

Garzón vivió en la capital en casa de amigos, ecuatorianos y paisanos. Don Telmo lo recuerda como una persona que se movía con las ‘justas’, en cuanto a dinero, y que no podía trabajar por su condición como extranjero. “Él fue uno de los fundadores de Asfadec”, confirmó Pacheco, que lo conoció durante sus plantoneras, en la Plaza de la Independencia.

El militante se convirtió en un referente durante los pedidos de ayuda al Estado. A pocos meses de la desaparición de la joven colombiana, el Ministerio del Interior y la Fiscalía impulsaron el sistema de recompensas a quien dé información de los desaparecidos.

Aunque para Alexandra Córdova, madre de David Romo (perdido desde mayo de 2013), los ofrecimientos no han dado resultados. La mujer consideró que la falta de respuestas hace que la salud de los que buscan se vaya deteriorando.

“Me sorprendo de que no haya decaído. Es una pena del fallecimiento de Walter, pero eso es una muestra de lo que nos pasa a quienes seguimos en la búsqueda”, precisó la mujer. Ella se hizo amiga del colombiano a pocos meses de la desaparición de Romo.

Esta no ha sido la única pérdida en la familia Garzón Ardila. Hace dos años, la madre de Walter murió en Colombia, sin saber de su nieta. Ahora, su hijo corrió con la misma suerte.