Emma Watson, Taylor Swift y Gal Galot, tienen más en común que solo los millones que reciben por su trabajo. Los rostros de estas estrellas han protagonizado -aparentemente- más de una película pornográfica.

Muchos tal vez no terminaron de leer, y ya salieron a buscar aquella filmación, pero no se emocionen ya que si los encuentran, cabe aclarar que estos videos son falsos. Sin embargo esto deja a la luz el verdadero problema: los deepfakes.

El término puede sonar confuso pero concepto está claro. Se trata de una nueva forma de robo de identidad, que básicamente puede volver a todos estrellas porno, pero sin paga de por medio.

Primero fueron unos cuantos videos, luego muchos, hasta que terminó en la creación de una aplicación que utiliza inteligencia artificial para reemplazar el rostro de los actores por personas que pueden ser totalmente diferentes físicamente. El secreto está en acoplar el material para que los gestos sean similares a los expresados originalmente.

El creador de la aplicación —en declaraciones para Vice— expresó que FakeApp tiene el objetivo de habilitar este tipo de tecnologías —deepfakes— para personas que no posean conocimientos técnicos. Además dijo que su meta es cambiar los rostros con solo un pulsar un botón.

Actualmente utiliza bibliotecas con “código abierto” como Kareas para los videos, mientras que las imágenes las consigue de Google o YouTube, según información del sitio web Clarín.

BBC indica que antes, una edición de video así, requería mucho esfuerzo y tiempo libre. Ahora con solo escribir “deepfakes porn” en el buscar, los resultados llueven, y cada uno luce más real que el anterior.

Twitter, Porn Hub y Reddit se pusieron enérgicos con este porno digital. Ellos tratan de eliminar este tipo de material de la red.

El porno de la venganza

Así lo ha catalogado BBC, y es que una de la expertas consultadas dice que recibe llamadas frecuentes por creación de material pornográfico con su identidad.

“Es realmente devastador para esas mujeres porque con nueva tecnología, puede parecer algo real. Lo que hay detrás es siempre un intento de herir y degradar”, señaló la abogada Ann Olivarius consultada por la agencia de noticias europea.

Pero no solo los videos triple x son el resultado del deepfake. Algunos cortos como el debate de Donald Trump y Hilary Clinton circulan, o una edición de Nicolas Cage que resulta muy divertida para sus fanáticos, circula en el amplio mar de internet.