"Mi padre no era un delincuente. Dicen que atropelló personas, pero ¿dónde están las pruebas?". Así se expresó el mayor de los tres hijos de Édison Antonio Díaz Rodríguez, el empresario que murió la tarde del domingo 20 de julio en un confuso incidente con la Policía Nacional, en el sur de Guayaquil.

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El joven confirmó que la familia ha presentado una denuncia por presunto asesinato contra los agentes involucrados, ante la Fiscalía. Asegura que su padre fue perseguido, baleado y asesinado sin una justificación clara por parte de la autoridad.

Según la versión oficial proporcionada por el teniente coronel Jimmy Mena, jefe del Distrito Sur, las unidades en servicio recibieron una alerta sobre un vehículo marca Jetour, con placas de Guayas, que presuntamente había causado varios atropellamientos en la zona. Esto derivó en una persecución para interceptar el automóvil y evitar mayores riesgos para la ciudadanía.

Durante el operativo, según el parte policial, el vehículo habría estado implicado en al menos cuatro accidentes de tránsito, representando un riesgo letal e inminente tanto para los uniformados como para los transeúntes.

La persecución ocurrió en la Playita del Guasmo

La familia de Díaz, sin embargo, rechaza esa versión. Su hijo relató que la persecución comenzó en el sector de La Playita del Guasmo, a unas diez cuadras de su vivienda, en la cooperativa Floresta 1.

“Escuchamos disparos en la avenida principal. Luego, un policía me dijo que mi papá había atropellado a 10 personas y que por eso dispararon. Pero nunca nos permitieron verificar su identidad mientras él aún estaba con vida. Lo vimos dentro del vehículo, intentamos acercarnos, pero no nos dejaron”, relató.

Según su testimonio, los agentes revisaron la cajuela del auto sin encontrar objetos sospechosos. Asegura que su padre pudo haber rozado accidentalmente a unos motociclistas, lo que habría desencadenado la persecución.

“Creo que, al verse perseguido, se asustó y aceleró. Tal vez solo quería llegar a casa, buscando protección junto a su familia”, dijo.

Agregó que los videos que han logrado obtener muestran que el auto fue seguido por varias cuadras. “La Policía alegó que el carro era blindado, pero no era así. Recibió más de 80 disparos. El peritaje balístico confirmó que tenía vidrios polarizados, no blindaje”.

Édison Díaz recibió al menos cinco impactos de bala en el lado izquierdo del cuerpo, con heridas en el tórax, pulmón, hígado y otros órganos vitales. Murió por una hemorragia interna aguda. “Mi papá se detuvo de forma voluntaria. No hubo intercambio de disparos ni oportunidad de rendirse”, aseguró el joven.

También mencionó que ese mismo día, al hospital ingresaron tres personas heridas, pero que fueron dadas de alta sin que se confirme si su caso está relacionado con el incidente.

“Mi papá era un microempresario, ya había sido víctima de robos y asaltos. No era ningún delincuente. Lo mataron sin darle oportunidad de defenderse”, lamentó.

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