Exclusivo
Actualidad
¡Con pasión de película!
El entusiasmo le llevó a cumplir el sueño de presentar su primer cortometraje enfocado en una historia de amor.
El teatro se presentó en su vida por pura casualidad. Felipe Egas Acosta tenía nueve años cuando descubrió en un curso vacacional la efervescencia de la actuación, el cine, el arte...
Hoy, un par de décadas más tarde, apoyado sobre dos muletas, dirige su primer cortometraje: ‘Cartas de amor’, del uruguayo Eduardo Galeano.
No espera reconocimiento por el mal que lo aqueja desde que nació, Egas quiere triunfar en el séptimo arte por la preparación y experiencia que cultiva desde los 15 años.
Sin reparos, confiesa que padece espina bífida (una malformación congénita en el tubo neural). Señala que sus nervios solo se desarrollaron hasta la cintura y no puede mover sus piernas.
Sin embargo, su condición no le impide tomar la cámara, salir a las locaciones o incluso jugar al fútbol con sus panas.
Al principio no cruzó por su mente hacer un producto inclusivo. La actuación de Natalia Mera, una joven con discapacidad, surgió por azar.
Felipe había contemplado una característica particular para su personaje y, luego de buscarlo por varias semanas, notó en Natalia la neutralidad y compostura que mantiene la muchacha de ‘Cartas de amor’.
Ella no había actuado antes. “Le dije, tranquila, te voy a dirigir”, explicó el joven sentado en el parque Feliz de la Floresta, en el norte de Quito.
“Busco muy bien los sitios para grabar. Siempre estoy pendiente. Así determino cuáles usaría y cuáles no para una producción”, revela.
Y es que montar un corto no es tarea sencilla. Fueron ocho meses los que invirtió el cineasta hasta llegar a la posproducción. “Como no tenía un presupuesto para los actores, pedí a varios alumnos que me ayudaran”, detalla el también docente universitario.
A la calle
Estaba desesperado por encontrar al muchacho que encarnaría al enamorado de la obra. Incluso lo buscó por las calles.
- Hola, ¿te gustaría actuar en un corto?
Algunos lo miraban desconcertados, mientras que otros, simplemente, confesaban no tener experiencia de ese tipo.
José María Messías no tenía práctica cuando llegó al set. Ahora sus convincentes lágrimas estremecen al espectador del corto, que tendrá un poco más de 14 minutos.
“Lo intentamos algunas veces, pero él no lograba llorar. Le pedí que recurriera a su memoria emocional... y tampoco. Entonces le dije: debe haber algo en esta vida que te haga derramar unas lágrimas”, manifiesta, orgulloso del resultado.
En la locación, una casa patrimonial situada en la avenida Amazonas, había silencio. José María estaba concentrado. Debajo de una de las cartas, que debía leer una y otra vez recordando a su amada, estaba una tablet, en la que se reproducía una escena de la película ‘Intensamente’. “Esa en la que la niña pierde a su amigo imaginario. Con eso pudo llorar”, rememora ahora Egas.
El filme participará en el festival de cine independiente de Uruguay.
Estudios
Alumno de los grandes
Era un adolescente cuando Felipe cursó su primer panorámico de cine y actuación. Fue alumno de Eduardo ‘Mosquito’ Mosquera, de Lupe Machado, de Christoph Baumann y de Camilo Luzuriaga.
Para 2012 se mudó a Alemania, donde se especializó en artes visuales. “Me gustó el tras cámara, el montar escenas, actores luces... Es un mundo más completo”.
Su primer corto lo eligió en conmemoración al tercer año de la muerte de Galeano. Pensó rodarlo en Alemania, pero “el paisaje no era el adecuado”, concluye.