¡El abuelo ‘se rayó’ y le ‘clavó’ 3 puñaladas a su mujer!

A menos de cuatro horas de que terminara el Viernes Santo, Dora Jacinta, de 67 años, falleció tras recibir tres puñaladas en el tórax, en la planta alta de su vivienda, en la manzana 1166, solar 18, del bloque 6 de Flor de Bastión, en el noroeste de Guayaquil.

El principal sospechoso: José Benigno, de 75 años, el hombre con quien procreó cuatro hijos desde que unió su vida a él, cuando aún era una adolescente, en el cantón Santa Ana, de la provincia de Manabí, recordaron sus parientes.

Los vecinos de la víctima no se habían percatado del suceso. “Se dieron cuenta porque mi papá bajó y prendió la casa para incendiarla. Yo no estuve y no sé cómo se habrán dado las cosas, pero me comentan que también habría tomado algún veneno”, detalló.

Nathaly Alay, una nieta de la pareja de adultos mayores, relató que los lugareños salieron de sus casas con baldes para tratar de controlar el fuego. Además, algunos moradores rompieron una pared porque “no se podía abrir la puerta y no sabían si en la casa también estaban almacenados los tanques de gas que se vendían en la tienda (de José Benigno)”, acotó la joven.

Al ingresar rescataron a Alay Cantos y luego fueron por Dora Jacinta, quien “todavía respiraba un poco, pero la gente pensó que se asfixiaba por el humo y la sacaron”, rememoró Nathaly. La señora fue llevada hasta el portal de su vivienda y después colocada a un costado de la calle. Al ver las heridas, descubrieron que no se había tratado de un accidente.

“Por eso, el señor fue detenido para investigaciones, pues se habría tratado de un femicidio”, confirmó el fiscal Víctor González Delgado, de la Unidad de Flagrancia, de la Fiscalía del Guayas.

Quiso quemar la casa

El funcionario confirmó que el sospechoso “pretendía hacer volar la vivienda porque tenía un depósito de gas. Y en virtud de que no pudo lograr su cometido, procedió a ingerir veneno para acabar con su existencia, pero se le dieron de inmediato los primeros auxilios y ahora se encuentra estable en un hospital”.

González explicó que, de ser llamado a juicio, el hombre enfrentaría una pena de 22 a 26 años de privación de libertad, por el delito de femicidio.

“Todo apunta a ese delito, porque existía una relación de poder y por más de cincuenta años la mujer jamás se atrevió a denunciarlo. Ella recibió maltratos de diferente índole, hasta que terminó con su muerte”, agregó el operador de justicia.

El fiscal precisó que el crimen habría tenido origen en “un arranque de celos” de parte de Alay Cantos, quien “en los últimos días habría tenido discusiones con su pareja”.

José, el hijo de los involucrados, mencionó que en su infancia fue testigo de agresiones que sufrió su madre. “Ahora por eso siempre hablábamos con ellos, porque ya eran mayores. Mi papá se dedicaba a su tienda y mi mamá a cuidarlo, porque él estaba enfermo y tenía una sonda en las vías urinarias. No sabemos si eso también afectó a mi papá...”.