A Fernando Villavicencio, candidato a la Presidencia de la República del Ecuador, lo asesinaron el 9 de agosto de 2023 y las autoridades aún (hasta el cierre de esta nota periodística, el 16 de agosto) no dan detalles contundentes -de manera oficial- de los avances que tienen las investigaciones. El político fue atacado tras salir de un mitin en el norte de Quito, cerca de la intersección de las avenidas Gaspar de Villarroel y Amazonas.

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Sus seguidores y la ciudadanía en general tienen dudas que aún no han sido despejadas, como la supuesta falla en la protección que tuvo el día del crimen (ver infografía). Además, no existirían rastros de su teléfono celular, una pieza clave para determinar sus últimos movimientos y contactos.

Este caso se encuentra en una etapa considerada pública (instrucción), porque hay seis colombianos procesados (presuntos autores materiales), y a pesar de eso existe hermetismo de parte de las autoridades. 

El 16 de agosto, por ejemplo, se conoció que hubo una reunión privada, en una urbanización del norte capitalino, entre los investigadores del caso y los agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI, siglas en inglés), de los Estados Unidos.

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Además, por fuentes de la Policía Nacional -que no hacen parte de la cúpula- se conoció que de acuerdo a las pericias preliminares se determinó que al menos una de las armas utilizadas en contra de Villavicencio dejó indicios en un doble crimen acontecido el 21 de julio en una peluquería del sector Caupicho, en el sur quiteño.

Se ha establecido, asimismo, que este armamento habría sido alquilado a grupos delictivos del vecino país de Perú.

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