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Fiscalía investiga supuesta agresión a una empleada doméstica
Según la mujer fue sometida a la prueba de polígrafo y desnudada porque la responsabilizaban de la desaparición de un dinero. Dice que la habrían amenazado, también, a través de una red social.

El hecho se suscitó en una etapa de la urbanización La Joya.
La que empezó como una jornada normal de labores se habría convertido en una pesadilla para una empleada doméstica, de 37 años, quien fue supuestamente agraviada por la mujer que le había ofrecido trabajo cuatro semanas antes.
Y fue en su último día, el 7 de agosto de 2018, cuando su empleadora la sorprendió con un reclamo que, al parecer, no esperaba. Y eso fue solo el inicio.
En la denuncia que la doméstica asentó se describen presuntos maltratos que la Fiscalía calificó como tortura, un delito sancionado con no menos de siete años de prisión, pero aún no hay sospechosos procesados para investigaciones.
El caso se ventila en la Unidad Multicompetente del cantón Daule, en Guayas, a cargo del fiscal César Peña Morán, quien en una entrevista confirmó a EXTRA que existen indicios para formular cargos y que en poco tiempo solicitaría una audiencia por este caso suscitado en una etapa de la urbanización La Joya, de la parroquia La Aurora.
El funcionario explicó que cuenta con documentos y versiones de la presunta afectada y del gerente de una empresa dedicada a realizar pruebas de confianza con el polígrafo, un aparato detector de mentiras. Para Peña, eso habría constituido una violación a los derechos de la denunciante.
En la declaración del encargado de la prueba consta que él afirmó haber recibido el consentimiento de la mujer, aunque eso habría sido negado por ella, acotó fiscal.
Pero, ¿por qué la doméstica fue sometida al polígrafo? Fue porque a su jefa le hacían falta 260 dólares que supuestamente había dejado guardados en el clóset de su habitación.
En la versión de la empleada se detalla que llegó a esa casa tras un contrato verbal y que el día del percance, la dueña supuestamente la encaró porque era la única extraña en el sitio y le habría exigido que devolviera la plata, pero ella respondió que no la tenía ni sabía dónde estaba.
“Después de eso, la víctima no pudo irse, porque fue obligada a quedarse en contra de su voluntad. Tuvo que esperar a que llegara el encargado del polígrafo”, mencionó el operador de justicia.
De ahí, a la fémina le hicieron preguntas relacionadas al presunto hurto y el experto en mentiras dijo a la dueña de la vivienda y a su esposo, quien había llegado para presenciar la prueba, que lo respondido por la fémina supuestamente no era verdad.
En consecuencia, la jefa habría exigido a la doméstica que se quitara la ropa para revisar si escondía el dinero debajo de sus prendas, pero no lo halló.
“Esta señora me amenazó con un cuchillo, afilándolo sobre el mesón de la cocina, diciéndome que esto no se iba a quedar así”, relató la fémina en su denuncia.
Finalmente, la propietaria del inmueble habría tomado el teléfono celular de la empleada, tras supuestamente decirle que “ella no iba a perder su dinero, que con el teléfono lo iba a recuperar”. También le habría manifestado: “no sabes de lo que soy capaz, de aquí sales arrastrada”.
Finalmente, al lugar llegó un agente de la Policía Nacional, identificado como Luis Medina, quien tomó el procedimiento del caso y en su parte detalló que la dueña de casa aceptó que había revisado las prendas de la víctima, pero supuestamente bajo su consentimiento.
Peña sostuvo que “hay muchas cosas que esclarecer en este caso. Aquí hay una mujer que ha denunciado que fue secuestrada y torturada. No podemos permitir que estas cosas ocurran. Y para eso hay que hacer una investigación exhaustiva. Si hay culpables deben ser sentenciados”. (SCM)