La Floresta es un emblemático barrio que no solo ha conquistado el paladar de los quiteños, sino que se ha convertido en un verdadero ícono de la gastronomía de Quito. Este lugar acoge a propios y extranjeros en un ambiente en donde se entrelazan tradiciones y sabores. Entre sus delicias más destacadas se encuentran las auténticas 'tripitas' o 'tripas mishqui', que han encontrado su santuario en el parque del sector José Gabriel Navarro.

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En la zona hay más de una docena de locales que ofrecen 'tripita', lo que hace difícil la elección. Algunos tratan de destacar con la atención, otros con sus salsas y unos cuantos agregando platillos típicos, como la fritada, a su oferta.

Uno de los más populares es el de Doña Fabiolita, en el que atiende ya la cuarta generación de una familia, ya que han sumado más de 80 años deleitando a los quiteños a punta de 'tripita'. También está el de Doña Blanquita, en el puesto cinco del también conocido como el 'Parque de las Tripas', estas fueron las preferidas del reconocido artista ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, quien falleció a causa de un infarto el 10 de marzo de 1999, en los Estados Unidos.

La 'tripa mishqui' se trata de las vísceras de cerdo o res asadas al carbón. Se acompaña con papa, ensalada, mote o choclo, más una salda exquisita de maní.  Al masticarla se siente como hacerlo con un chicle, pero repleto de sabor. Un plato de estos no cuesta más de dos dólares y en el sector se come a la salida del trabajo, pues los locales atienden de 16:00 a 23:00, de lunes a domingo.

UN INFLUENCER RETIRADO EN LA ZONA

En la zona hay un vendedor que no solo estira la pinza y te da un pedacito para probar. Él te enamora. "Que le damos, mi reina, mi corazón, papito lindo... Vea si tengo gruesa, delgadita, tripa afrodisíaca. Lo que su pancita quiera probar", así José León conquista a los comensales. También conocido como 'El Trip', es un influencer inactivo en redes sociales que tuvo su momento de fama junto a Kike Jav,  quien  le dio la oportunidad de incursionar en el mundo de las redes sociales al descubrirlo vendiendo 'tripa mishqui' en La Floresta. 

EL PUNTO DE ENCUENTRO LUEGO DEL TRABAJO

"Eventualmente venimos después de la oficina a degustar este rico plato. Nos gusta la zona porque siempre hay variedad y, sobre todo, está todo fresquito y al paso",  comenta Johanna mientras degusta "chicle de indio", como le dicen las abuelas ecuatorianas.

Jorge, por su parte, acude con su familia a buscar las tripas. Dice que alguna vez las probó cuando llegó a la capital de visita. Ahora que ya se radicó en la ciudad, invita a sus familiares a que se contagien de su gran sabor. "Ya somos asiduos de La Floresta, sobre todo de las tripas de Doña Fabiolita. También comemos otros platos típicos, como el menudo y el morocho, por lo menos una vez a la semana", señala.

Visitar el parque de La Floresta es sumergirse en el aroma inconfundible, en el llamado típico de cariño y en la esencia misma de una comunidad que ha hecho de sus manos el alma de sus platos. 

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