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¡Ovacionados con llanto!
Ecuador tuvo un calendario complejo en este certamen para personas con parálisis cerebral y las goleadas desmotivaron a los jugadores en Copa América.
Ni la desilusión ni la frustración arrebataron la alegría a los 14 guerreros de la Tri. Salieron llorando del terreno de juego, pero una leal fanaticada levantó sus ánimos entre cánticos y ovaciones, a modo de motivación, para seguir firmes en la Copa América para Personas con Parálisis Cerebral.
Ricardo Padilla, con el rostro empapado, se lanzó a los brazos de su mamá, Esperanza Anangonó, quien se limpió las lágrimas con un trozo de papel higiénico para ocultar su llanto y mostrarle su mejor rostro a su hijo. Luis Cordones también dejó salir su sufrimiento, pero su cara se llenó de brillo cuando se topó con una treintena de hinchas que lo recibieron a él y al resto de la delegación con aplausos, globos y matracas.
El único jugador nacional que tenía una amplia sonrisa fue el arquero Julio Bravo. Y es que, pese a las goleadas propinadas por Argentina (7-1) y Estados Unidos (11-1), el meta fue recibido con un coro de “Arquerito, arquerazo” por su vistosa actuación. No solo eso: el golero fue felicitado por la delegación albiceleste y hasta le pidieron que se tomara fotos con los jugadores.
En el torneo
La primera derrota fue la más dolorosa. La selección argentina no tuvo piedad en el debut ecuatoriano el pasado sábado y le pasó un contundente 7-1. Esa goleada fue un golpe a las ilusiones de los jóvenes futbolistas locales.
La segunda derrota fue ante Estados Unidos y, aunque el marcador era más abultado, los tricolores demostraron un mejor nivel futbolístico. Eso se debió, quizás, a que los familiares de los jugadores estuvieron presentes en mayor número el domingo en el complejo de Independiente del Valle.
Los papás, hermanos y primos de Dennis Lara corearon a todo pulmón “Dálmata, Dálmata”, apodo con el que se conoce al delantero de la Tri, pidiendo que el técnico Carlos Villarreal le permita ingresar al terreno de juego. Y así lo hizo, aunque en los minutos finales del partido, pero dio a Dálmata su momento de fama. Al final, los papás del jugador, Darwin Lara y María Chalá, llenaron de besos el rostro sonriente de su hijo de 17 años.
Cordones, en esta ocasión, no derramó lágrimas. Estaba muy ocupado siendo feliz con la presencia de sus sobrinos, Dustin Zaid y Fiorella Lasso, quienes llegaron al complejo para ver el partido y, al final del juego, abrazar al jugador.
Quien no pudo evitar derramar algunas lágrimas fue Nicolás Aires, la figura del encuentro ante la selección norteamericana, puesto que fue quien marcó el solitario gol a favor de Ecuador.
Afectó el cambio
Entre bromas, sobrenombres y bailes, los seleccionados salen a enfrentar cada partido sin temor y llenos de ilusión en su primera Copa América.
Sin embargo, el cambio de cuerpo técnico influyó en el juego. La repentina salida del entrenador Hernán Cadena dejó a medias un proceso que llevaba varios meses, entre la preselección de jugadores con parálisis cerebral en los lugares más lejanos de las ciudades del país. Ante este cambio, el profesor Villarreal tomó las riendas del equipo, pero lo hizo apenas dos días antes de que arrancara la Copa.
Ahora, a la Tri le queda alcanzar un último sueño, que es el de clasificar al torneo de la categoría que se jugará en Perú el próximo año. Esto significa un esfuerzo adicional, dado que tres equipos de cada grupo obtienen los cupos para ese certamen (en el Grupo B, el de Ecuador, participan Estados Unidos, Argentina y Venezuela). Así que los guerreros están conscientes de que no todo está perdido y que lograr ese objetivo solo depende de ellos.