La alegría previa de un partido de fútbol se convirtió, por un momento, en drama. El camerino del club Millonarios de Colombia pasó de la bulla y la algarabía a un silencio respetuoso. No había palabras para describir el momento. Tenían una visita especial: ahí estaba Miguel Ángel, un joven de 24 años que, luego de cumplir el último deseo de ver a los jugadores del equipo de sus amores, iría camino a la muerte.

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Ocurrió la noche de este miércoles 10 de mayo de 2023, minutos previos al calentamiento del equipo que esa noche jugaría ante Alianza Petrolera, en el estadio El Campín de Bogotá. Miguel Ángel, quien hace algunos años había sido diagnosticado con el síndrome de Lesch Nyham, un trastorno hereditario que afecta la forma como el cuerpo produce y descompone el tejido humano, quería despedirse. Esa misma noche le practicarían la eutanasia o muerte asistida.

Miguel Ángel, el joven hincha, se estaba acogiendo a la resolución 971, emitida por el Ministerio de Salud de Colombia en julio de 2021, documento por medio del cual se establece el procedimiento de recepción, trámite y reporte de las solicitudes de eutanasia. Es decir, reglamenta la muerte asistida para las personas que, habiendo sido diagnosticadas con una lesión corporal o enfermedad grave e incurable, lo expresen voluntariamente.

Por eso, jugadores y cuerpo técnico se reunieron con el hincha, que soñaba con saludar a sus ídolos y, de ser posible, que le dediquen un triunfo. En ese mometo, la emoción y el silencio hablaban más que las palabras. Las miradas entre los jugadores ratificaba su compromiso con Miguel Ángel. Había que ganar. Era la mejor forma de despedirlo.

Y ya en la cancha el acuerdo se cumplió. Millonarios venció 3-1 a Alianza Petrolera con un doblete del jugador Juan Pablo Vargas, quien fue la figura del partido. Pero no todo quedó ahí. Luego de la victoria y ya frente a las cámaras en la típica rueda de prensa posterios a los partidos, la emoción y las lágrimas volvieron a invadir a la mayoría.

“Es un momento muy difícil, un momento que lo toca a uno. Muchas veces desde diferentes trabajos vivimos en nuestra burbuja y cuando uno siente esto, la verdad que le mueve bastante las fibras”, aseguró el capitán del equipo, David Mackalister.

Y las palabras del propio Vargas aterrizaron a todos en esa realidad: “Fue un momento muy duro en el camerino. Todos estábamos callados, nadie quería decir una palabra. Es difícil ver una persona así y más por lo que nos dijeron que iba a suceder con él. Mackalister dijo que jugáramos el partido por él, su último partido, nos va a ver y dedicarle este partido a él. Si nos va a dejar, que nos deje feliz. Y así fue.