El exteniente de policía Germán Cáceres recibió la pena máxima por el femicidio de su esposa, María Belén Bernal: 34 años con ocho meses de ‘cana’.

Al salir del Tribunal Penal, Elizabeth Otavalo, madre de la víctima, dijo sentirse conforme con la sentencia, pero aseguró que eso no le devolverá a su hija. “Seguiré luchando en las calles”, concluyó.

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Sin embargo, el exoficial también se enfrentará a una lucha de décadas, según su defensa, quien durante las últimas audiencias del juicio solicitó a los magistrados que lo mantengan detenido en la Cárcel 4, en el norte de la capital.

Incluso, Cáceres, durante una de sus intervenciones telemáticas, pidió que no lo llevaran a otra prisión porque teme por su vida.

Escenarios

La abogada Valeria Mena señaló que el cambio de prisión depende de un análisis de los jueces porque, según ella, la legislación ecuatoriana no le permitiría.

Mena indica que las personas que son sentenciadas con la condena máxima, más agravantes, deberían cumplirla en una de las prisiones más grandes como la cárcel de Latacunga, de El Turi o en la ‘Peni’.

“Quizás puedan acceder a la petición porque se conoce que su vida corre peligro al haber sido el caso muy mediático”.

Para Mena es indudable que Cáceres corra peligro porque “pueden matarlo en un motín o incluso sufrir violación”.

Piden que revisen la sentencia

El subteniente Alfonso Camacho, quien también fue procesado por el femicidio de Bernal, fue declarado inocente. Él era investigado porque supuestamente escuchó la agresión de Cáceres a su esposa y no actuó para evitarlo.  El delito por el que hubiese sido sentenciado era por omisión y le darían una pena de 22 años en ‘cana’. Elizabeth Otavalo, madre de la víctima, aseguró que apelará la decisión del Tribunal Penal.

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