En sus manos tenía el teléfono que con gran esfuerzo le había comprado su madre, tras invertir el sueldo de un mes de trabajo, para que pudiera recibir clases virtuales y hacer sus tareas.

Pedro (identidad protegida), de 16 años, tenía claro el sacrificio que ella había hecho y por eso evitaba salir con el dispositivo, pero la noche del lunes 5 de julio decidió hacerlo, para jugar junto a un grupo de amigos, a pocos metros de su casa, en el bloque 8 de Flor de Bastión, en el noroeste de Guayaquil.

Y mientras se divertía, cerca de las 19:30, dos sujetos a bordo de una moto llegaron para amedrentar y robar las pertenencias del grupo de vecinos, todos menores de edad, según contó la mamá del adolescente, a la mañana siguiente.

Sin embargo, Pedro no permitió que lo despojaran de su celular y habría forcejeado con uno de los delincuentes, quien le descargó un ‘pepazo’ en el cuello. En consecuencia, los pillos huyeron, mientras que el herido fue llevado a un hospital cercano a bordo de un vehículo particular.

La bala que recibió Pedro le atravesó el costado derecho del cuello e ingresó a la garganta, en la que el menor de edad sintió “algo extraño”, que terminó expulsando por la boca. Se trataba del proyectil.

La mamá del afectado comentó que él, en ese momento, no habría sentido dolor, debido al estado en el que se encontraba. “Gracias a Dios no afectó ningún órgano ni parte sensible. Está muy bien”, manifestó.

Serenidad

La mamá de la víctima contó que el menor de edad, tras resultar herido, se mantuvo sereno y eso habría evitado una desgracia mayor, porque pudo haberse tragado la bala.

Seguridad

Los moradores piden a la Policía local que se realicen más rondas, porque en una cancha de la zona se reúnen personas ajenas al sitio y entre ellas habría ladrones.