Desolado, sin compradores y con pocos negocios abiertos permanecieron las zonas comerciales más concurridas del centro de Guayaquil. Esto debido al miedo a nuevos ataques de grupos terroristas, como los ocurridos la tarde del martes 9 de enero.

(Lee además: Alias Fito: ¿En qué gobiernos el líder de Los Choneros entraba y salía de la cárcel cuando quería?)

En las inmediaciones del Mercado Central, en las calles 6 de Marzo, 10 de Agosto, Lorenzo de Garaycoa y Colón, solamente una farmacia abrió sus puertas, el resto de negocios no abrió por temor a la delincuencia.

En estas calles tampoco se pudo observar presencia de los comerciantes ambulantes que suelen copar las veredas. Lo que sí era apreciable era un gran número de agentes de control Metropolitano, que patrullaban las esquinas en grupos de 4 o 5 uniformados.

Ambiente similar había en la Bahía, donde las islas y locales comerciales se mantuvieron cerrados casi en su totalidad. Solo unos cuantos quioscos de venta de celulares y accesorios se atrevieron a abrir porque "hay que llevar la comida a la casa aunque esté todo peligroso", indicó uno de los vendedores.

Asimismo, algunos locales de venta de electrodomésticos atendieron pero a puerta cerrada, con voceadores informando desde afuera que sí estaban ofreciendo atención al público.

En la avenida 9 de Octubre, unos pocos negocios de venta de comida y línea blanca abrieron, pero sus dependientes indicaron que lo harían solo hasta las 18:00 que empieza a anochecer, pues además de ser más peligroso, la cantidad de clientes no justifica mantener la atención.

En esta arteria de la urbe también habían decenas de Agentes Metropolitanos recorriendo las aceras para ofrecer seguridad a los peatones.

¿Quieres leer sin límites? ¡Suscríbete!