Un cruce de balas entre sujetos que se movilizaban a bordo de un auto y una camioneta doble cabina se registró la madrugada del domingo 8 de agosto, en las calles Pío Montúfar y Febres Cordero, del centro de Guayaquil.

Por la mañana, la Policía investigaba quiénes eran los individuos y si se había reportado, en alguna casa de salud, la llegada de heridos, pero no había respuestas de aquello.

Sin embargo, en el sector donde se suscitó el tiroteo sí hubo un perjudicado, ajeno al problema. Se trata de un cuidador de carros, de 64 años, quien estaba sentado en una esquina cuando los tipos pasaron frente a él.

Uno de los proyectiles impactó su pantorrilla derecha y no salió, pero la víctima no pidió ayuda y tampoco reportó la situación a las autoridades, porque supuestamente no tenía un teléfono a la mano.

Al amanecer, otro celador se habría acercado a él, tras verlo adolorido, y le preguntó qué había sucedido. Fue él quien lo motivó a llamar al Servicio de Emergencias ECU 911 y en pocos minutos llegó una ambulancia del Cuerpo de Bomberos, en la que fue embarcado para su trasladado a un centro médico.

El jefe policial del sector, coronel Giovanny Valenzuela, precisó que el herido estaba fuera de peligro, aunque tenía una bala alojada en la pierna, que será retirada luego de los médicos realicen los análisis necesarios.

En el sector del sucedo, algunos lugareños comentaron que, por las noches, es habitual que se presenten balaceras, sobretodo en las cercanías de la calles Pedro Pablo Gómez, porque desde ese lugar saldría la mayor cantidad de droga que consumen en los alrededores.

Otro caso

A las 11:00, en las calles Guerrero Martínez y la A, del barrio Cristo del Consuelo, en el sur porteño, se registró un confuso hecho que llevó, a los testigos, a imaginar que dos personas habían sido asesinadas dentro de una barbería.

No obstante, no hubo heridos, porque los sujetos que habrían llegado a cometer el atentado utilizaron armas de fogueo, que no son letales, pues no cuentan con un proyectil que dispare una bala.

Un oficial de la Policía, bajo reserva, precisó que se trató de un acto de intimidación, pero no señaló los motivos.