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Diario Extra Ecuador

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Guayaquil desde los ojos de una venezolana, una colombiana, un cubano y un peruano.

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Guayaquil es una ciudad puerto, acostumbrada a acoger a los extranjeros. A continuación te contamos las historias de María Teresa, Marlene, Arnoldo y Mauro, quienes dejaron sus países de origen para convertirse en unos 'guayacos' más.

 

1) El amor la trajo a Guayaquil

 

La comida, cordialidad, los parques, el clima, pero sobre todo el amor atrajeron a la arquitecta venezolana María Teresa Rosales a Guayaquil.

"Me enamoré de un guayaquileño por internet y hace más de seis años viene a conocerlo personalmente. Cuando llegué esta ciudad me encantó y me enamoré más", comenta y suelta una risa.

Dos años le tomó prepararse y decir cambiar de casa, de barrio, de ciudad, de país. Después de arreglar sus papeles empacó sus cosas y emprendió viaje al puerto principal. "Ya voy a cumplir cuatro años residiendo acá y me fascina porque se parece mucho a mi ciudad, Maracaibo", resalta.

Aunque a la arquitecta Rosales la relación amorosa no le funcionó, logró una buena amistad, pero eso no la hizo devolverse. Al contrario se prendó de la comida, de la arquitectura guayaquileña y a la par que cumple con su trabajo, siempre gusta recorrer la ciudad.

"Ya estoy enseñada", resume y con su marcado acento venezolano cuenta que le gusta pasear por el parque Forestal. "Es un sitio espléndido" y siempre invito a mis amigos a conocerlo. Estoy enamorada de Guayaquil, porque es su sitio estratégico cercano a muchos otros lugares".

A María Teresa la 'envenenan' con un bolón de verde y las sopas guayacas, el sancocho blanco, el caldo de bolas. "Cuando camino y veo que en el menú de algún restaurante anuncian este plato, ahí me quedo. Los cangrejos, los aprendí a comer acá, hay mucha comida del mar que se puede disfrutar", refiere.

También le gusta pasear por el río Guayas y recorrer los malecones. Tanto se ha acostumbrado, que ya "de aquí no me voy", enfatizó la extranjera que ya vista una camiseta de la tricolor nacional.

 

PREPARAN ASAMBLEA

En la residencia donde habita María Teresa comparte con otros venezolanos también 'maracuchos', quienes se sintieron atraídos por la Perla del Pacífico.

Ellos junto con otros connacionales preparan lo que será la primera Asamblea Nacional Civil de Venezolanos en Ecuador, capítulo Guayaquil.

La organización cuenta con la autorización del Ministerio de Inclusión Económica Social y con ella pretenden organizar diversas actividades para intercambiar sus tradiciones, gastromonía, artesanías con los guayaquileños.

La primera jornada por la que ha cursado invitaciones a diferentes autoridades será el 13 de agosto próximo, para lo cual preparan una bandera de 6 metros de largo.

 

 

MIL VENEZOLANOS

Según el Censo de Población y Vivienda 2010 del Inec, en Guayaquil hay un promedio de mil ciudadanos venezolanos empadronados.

El registro menciona que un considerable número de venezolanos reside en sectores del centro de la urbe, en el suroeste como Cristo del Consuelo, El Cisne, Batallón del Suburbio.

Por el norte buscaron establecerse en La Alborada, Urdesa, Guayacanes, Sauces, Martha de Roldós, Juan Montalvo, Mapasingue y los alrededores. (LL)

  

2) Vino de vacaciones y le ofrecieron trabajo

 

Hace 26 años, la colombiana Marlene Bernal pisó tierra guayaquileña con la idea de pasar amenos momentos con su hermano y disfrutar al máximo.

La joven periodista solo vino a pasar unas lindas vacaciones, pero el destino le tenía preparado en esta ciudad acogedora una sorpresa.

"Vine a conocer dónde vivía mi hermano y su familia, pero durante los días cuando conocía esta ciudad me ofrecieron trabajo en una radioemisora", recordó.

Bernal ejercía la carrera en su país y con la nueva propuesta en mano, apostó por un cambio y llegó a Guayaquil para quedarse.

Ya lleva más de un cuarto de siglo viviendo en la ciudad el río grande y del estero, donde laboró por diferentes medios de comunicación radial. También incursionó en un canal de televisión y en prensa.

En medio de su quehacer periodísto Marlen decidió ser madre y en esta tierra nacieron sus hijos.

Ahora, la periodista ha dejado la pluma a un lado y en estos dos últimos años se ha dedicado a complacer el gusto de sus compatriotras.

En un rincón de Urdesa da una cálida atención a nacionales y a otros colombianos que llegan en busca de una bandeja paisa, del ajíaco santafereño, de las arepas y otras ricuras de la gastromonía colombiana.

Como ella hay muchos otros colombianos que también llevan más de una década compartiendo su sazón, sabor o ejerciendo actividades comerciales.

Uno de los más jóvenes colombianos residentes en el puerto principal es Andrés González. Hace seis años llegó a Guayaquil por un trabajo y "me enamoré, formé familia y ahora trabajo acá", mencionó mientras estaba en el 'corre corre' por la fiesta de la independencia de Colombia que celebraron en el Parque Histórico.

 

 

OCHO MIL

Hasta el último censo de población y vivienda del Inec, en el 2010 habían 8.055 colombianos empadronados en todos los sectores de la ciudad.

Los extranjeros del vecino país en una gran mayoría escogieron barrios del norte de la ciudad para echar raíces. Alborada, Atarazana, Guayacanes, Sauces, Urdesa, Samanes, Florida, Juan Montalvo. (IC)

 

3) Se vino con su 'Ropa Vieja'

 

Un cuadro de la guarachera Celia Cruz colgada en la pared del restaurante traslada en la mente a la isla caribeña, Cuba, de donde proviene Arnoldo Noda, de 69 años, quien desde los últimos seis años está radicado en Guayaquil.

En el restaurante de comidas típicas cubanas y guayaquileñas, ubicado en la ciudadela El Paraíso, el extranjero proveniente de la provincia Habana, dijo estar contento de vivir en esta ciudad y llevarse "de maravilla" con los costeños.

El centro de la ciudad y el malecón Simón Bolívar son sus sitios preferidos en esta ciudad en la que ha compartido sus tradiciones culinarias como el Arroz Cangris, Ropa Vieja, Yuca con Mojo, a la par que aprendió a saborear y disfrutar del seco de pollo o llapingacho.

Guayaquil le ha dado mucho al punto que ya no piensa en regresar a la tierra que lo vio nacer.

 

MÉDICOS

El censo de población del 2010 reflejaba que en la urbe había 725 ciudadanos cubanos, pero por los convenios estatales, a la ciudad arribaron una cifra similar de médicos del país caribeño, quienes prestan sus servicios en diferentes entidades de salud. (IC)

 

4) Los negocios lo atrajeron, pero ya es un 'mono' más

 

Hace 41 años, Mauro Pacheco llegó a Guayaquil desde su natal Lima, Perú, con apenas 26 años.

Sonríe cuando cae en cuenta de que ha pasado más de la mitad de su vida en esta ciudad que no solo acogió su empresa sino que le dio una hija.

"Me adapté a Ecuador muy rápido", confiesa.

Llegó al Puerto Principal para hacer negocios. Tenía en mente expandir su marca dedicada a la fabricación de postres, gelatinas y condimentos y Ecuador era uno de los lugares donde quería hacerlo.

Asegura que para él no hubo mayores diferencias. A su parecer, la gastronomía es muy similiar y aunque los nombres de los platillos y las preparaciones varían, los ingredientes base son los mismos.

Lo que sí extrañó en un principio fue a su familia y amigos, pero muy pronto comenzó a crear nuevas amistades acá y hasta se enamoró y formó una familia. Su hija es la prueba de que tanto amó a Guayaquil, que echó raíces.

Comenta que en la década del 70 hubo "mucho auge de peruanos que venían a Ecuador por la situación económica". Pero también explica que la ola migratoria de aquel entonces fue en su mayoría de "inversionistas que vinieron por las facilidades que ofrecía el país en ese momento".

"Buen porcentaje de los que vinieron ya se regresaron", añade. Pero a diferencia de ese grupo, él afirma que no tiene pensado volver a Lima porque se siente un guayaquileño más. "En Lima ya me dicen 'mono'", confiesa.

 

 

CELEBRAN A LA PAR SUS FIESTAS PATRIAS

Julio es un mes importante para los peruanos que viven en Guayaquil porque además de festejar a la tierra que los acogió, también lo hacen con su lugar natal. El 25 celebran las fiestas patronales de la Perla del Pacífico; y el 28, la independencia de Perú.

"Para muchos de nosotros es como una semana de feriado de corrido", detalla Mauro, quien donó un terreno en la Garzota para que ahí se pudiera construir la sede de la Asociación Ecuatoriana-Peruana.

Este lugar lo dirige el limeño Daniel Ames, quien lleva cerca de 20 años en Guayaquil. En su caso, lo atrajo la búsqueda del desarrollo personal, profesional y el desarrollo de la comunidad.

Pero este espacio, ubicado en la avenida Miguel Ángel Jijón y Guillermo Pareja, no es únicamente un local donde pueden reunirse a recordar costumbres de su país, sino que también las comparten con los ecuatorianos a través del restaurante 'El señor ceviche'.

En este, el chef Beto Saldarriega, quien lleva 10 años en el país, comparte su sazón. Entre los ingredientes infaltables en su cocina figuran el maíz morado para elaborar la famosa chicha morada, el rocoto (ají parecido al pimiento que se distingue por sus semillas oscuras) y el ají limo (pequeño y amarillo).

El lugar sigue sumando 'peruanidad': cuentan con un mueble para el juego típico del sapito, un cuadro del Señor de los Milagros (devoción comparable con la del Cristo del Consuelo de Guayaquil), la camiseta de la selección 'rojiblanca' y más adelante esperan añadir al menú los apetecidos picarones (frituras que se acompañan con miel).

Para este 24 de julio, por la noche, la comunidad peruana tenía previsto celebrar por dos en el Círculo Militar: sus fiestas patrias y a Guayaquil. (LL)

 

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