Aunque fue noticia destacada el tiroteo en el estacionamiento de un centro comercial en Guayaquil, que resultó en la trágica pérdida de dos guardias de seguridad y dejó a una estudiante de colegio herida de bala, poco se habló de las personas que experimentaron el caos desde dentro del establecimiento, incapaces de salir por más de una hora.

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El hecho ocurrió en un 'mall' situado en la Av. Carlos Julio Arosemena, a las 14:20 del 9 de enero, coincidiendo con la toma de un canal de televisión en Guayaquil por parte de delincuentes fuertemente armados.

Este incidente se limitó a la parte externa del centro comercial, pero Gabriel Reyes, un guardia de seguridad de un banco dentro del local, compartió con EXTRA la angustia que experimentaron las personas en ese momento.

"No pudimos salir cuando comenzaró la balacera; los guardias de afuera vinieron a solicitarnos las armas, pero no podíamos cederlas ya que nosotros tenemos armas pero para proteger al banco. Con las alarmas sonando y el bullicio, uno se pone nervioso. Los señores del centro comercial nos pidieron que ayudáramos a mantener la calma, resultaba difícil, ya que todos sentíamos nervios, somos humanos", relató el guardia Reyes.

Reyes afirmó que durante casi una hora con quince minutos, ninguna persona pudo entrar ni salir de ese complejo comercial mientras sonaban las detonaciones. Debido a esta situación, "algunos clientes sufrieron ataques (de ansiedad); por ejemplo, una señora se desmayó y le tuvieron que proporcionar agua y caramelos para tranquilizarla", contó.

Quince minutos antes del mediodía del 10 de enero, las tiendas y espacios en ese centro de compras permanecían cerrados debido a la incertidumbre del día anterior y a la escasa afluencia de compradores. Únicamente, un local de abastos ubicado dentro del 'shopping' permaneció abierto.

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