Aunque Christian José Álava Chiquito suplicó a sus ‘verdugos’ que no lo maten, estos, sin misericordia, apuntaron a su cuerpo y le dieron los tres ‘pepazos’ que acabaron con su existencia.

El joven, de 23 años, fue embarcado a la fuerza en un vehículo. Los asesinos llegaron hasta el portal de su vivienda, ubicada en la cooperativa Horizontes del Fortín, en el noroeste de Guayaquil. En ese momento Christian compartía con un grupo de amigos, quienes no pudieron hacer nada porque los hombres estaban armados.

El secuestro ocurrió aproximadamente a las 23:00, una hora después lo asesinaron. Moradores de la manzana 2116 reportaron a la Policía que de un carro bajaron a un muchacho y le dieron varios disparos.

El cuerpo quedó en medio de la calle en un charco de su propia sangre. Álava no llevaba camisa y vestía una pantaloneta roja.

El mayor Dennis Cárdenas, de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida y Muertes Violentas (Dinased) Zona 8, informó que la víctima fue subida por sujetos que llegaron a bordo de un carro y luego lo dejaron abandonado en el mismo sector, a unos dos kilómetros de distancia.

“Las personas evitaron dar información. Solo dijeron que llegaron unos hombres armados y se lo llevaron. A la víctima le dieron tres tiros. Presumimos que se dedicaba al expendio de sustancias sujetas a fiscalización”, mencionó Cárdenas.

El oficial indicó que la víctima no registraba antecedentes penales y que las unidades especiales de la Policía investigan las razones que llevaron a acabar con la existencia del chico.

Un testigo, quien evitó dar su nombre por temor a represalias, reveló que los asesinos llegaron en un automóvil gris, sacaron a la fuerza al joven del carro y le dispararon.

“Él decía ‘auxilio, no me maten’, pero su súplica no valió de nada, igual le dispararon”, aseguró el morador. (AEB)