A Abel Guillermo Cano Morales, de 31 años, la muerte le llegó después de una ‘chupa’ y en carro prestado, pero no en cualquier vehículo, sino en uno de alta gama, de origen europeo.

El joven falleció en el puesto del conductor, junto a una pariente, de 53 años, quien lo acompañaba porque se dirigían a retirar unas canastas navideñas cerca del sector donde fueron atacados, en el suroeste de Guayaquil.

El crimen ocurrió en las calles 44 y la P, la noche del domingo 19 de diciembre. En el sitio, según la información proporcionada por los testigos a los investigadores, cuatros sujetos a bordo de dos motocicletas les bloquearon el paso y les dispararon hasta notar que Cano Morales había muerto.

La allegada de Abel Guillermo sobrevivió, pero fue trasladada de urgencia a un hospital, porque tenía cinco heridas ocasionadas por disparos, en los brazos y en el tórax.

A ella los agentes de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida (Dinased) no le tomaron una versión cuando se acercaron al centro médico, porque la afectada padece de discapacidades auditiva y del habla, de acuerdo a lo detallado en un informe policial.

Los gendarmes tampoco tenían indicios claros de quién pudo ordenar el asesinato. Sin embargo, habían determinado que el hecho violento habría tenido origen en un problema por el control del territorio para la venta de drogas.

Abel Cano registraba detenciones por estafa, asociación ilícita, tenencia ilegal de armas y abuso de confianza.

En 2013, mientras estaba en prisión, Cano Morales había sufrido una tentativa de asesinato en la antigua Penitenciaría del Litoral, conocida popularmente como ‘Peni’.

En marzo de ese año, otro reo, apodado Viejo Ron, lo había atacado a puñaladas dentro de una celda. Eso fue denunciado en la Fiscalía de Flagrancia por la madre de la víctima.

Hace 22 días también intentaron acabar con él. Fue baleado, pero se salvó, detalló el subcomandante zonal de la Policía, coronel Holguer Cortez Carrión.

Última ‘chupa’

El propietario del vehículo contó a los agentes que, el domingo por la mañana, había llegado a la casa de Cano para descansar, tras una fiesta, pero en el sitio también se ‘pegó’ unos tragos con su ‘pana’ y luego se quedó dormido.

Al despertar, a las 18:00, su amigo le pidió prestado el vehículo. Una hora después, al no tener noticias, empezó a llamarlo, para saber si había sucedido algo, pero nunca le contestó. Estaba muerto en su carro.

655 personas han sido ‘eliminadas’ en la Zona 8

Entre el sábado 18 de diciembre y el amanecer del lunes, 13 personas fueron asesinadas en la denominada Zona 8, que está conformada por los cantones Guayaquil, Samborondón y Durán, en Guayas.

La última víctima fue Ernesto Rafael Barahona Caicedo, de 32 años, quien fue baleado en una casa de la calle Décima, entre D y E, en el sector Cisne 2, del suroeste porteño.

Según los lugareños, al hombre lo perseguían unos sujetos cuando se metió a una casa donde un grupo de personas hacía una parrillada y consumía licor, cerca de las 04:00 del lunes.

El individuo sobrevivió al ataque y fue llevado a un centro médico que está a menos de un kilómetro, pero por la gravedad de las heridas fue derivado al hospital Abel Gilbert Pontón, del suburbio, donde falleció.

El jefe distrital de la Policía, coronel Wilson Torres, informó que el afectado registraba prontuario delictivo.

Durante el fin de semana, además, se cometieron otros 12 hechos violentos en esta jurisdicción: 6 en diferentes sectores del sur, 2 en el suroeste, 1 en el noroeste, 1 en Posorja y 2 en Durán.

En total, en la Zona 8 se han cometido 655 asesinatos en 2021. El año pasado, durante el mismo lapso, se suscitaron 355 casos.