Eran las 12:00 del martes y Cecilia Batioja temía encender la hornilla de su cocina. El olor a pólvora aún la aterraba. La noche anterior, en la casa de su vecino, aledaña a su domicilio, la explosión de fuegos artificiales dejó un muerto y seis casas afectadas, entre ellas la suya.

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El bombazo que destruyó paredes, ventanas, electrodomésticos y otros enseres habría sido a consecuencia de estallido de camaretas, las cuales, al parecer, eran fabricadas en el inmueble donde residía la víctima mortal, Steven Yaniz Tomalá Miranda, de 21 años.

Cecilia contó que el joven, junto a su esposa y su hijo, tenían un mes y medio residiendo en la casa ubicada en la manzana 401 del plan habitacional Socio Vivienda 2, en el noroeste de Guayaquil.

“No se puede cocinar, el olor a pólvora está fuerte. Aquí nadie sabía que el chico fabricaba camaretas. Yo perdí un televisor, los vidrios de la ventana. Mis vecinos también han perdido sus electrodomésticos, quién nos paga todos los daños materiales, afortunadamente a más de ese pobre muchacho nadie más murió. Fue terrible, casi no hemos dormido, aún estamos asustados”, expresó la mujer, quien es oriunda de Esmeraldas, y desde hace cuatro reside en este sector porteño.

Recordó que la vivienda no era del joven fallecido, sino de una tía y que hace un mes y medio ella se la había cedido para que resida con su familia, ya que al parecer no tenía dónde vivir.

Otra lugareña, quien solicitó la reserva de su nombre, manifestó que el cuerpo de Steven quedó dentro del inmueble y que para sacarlo tuvieron que tumbar una pared y remover los escombros.

“Desde ayer la gente anda con miedo. Hemos tenido que comer en la casa de nuestros familiares o comprar comida preparada, hasta ahora ninguna entidad ni del Municipio ni del Estado se ha acercado a ayudarnos”, aseguró. (AEB)

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