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Él tiene efefantiasis. Ella, una diabetes avanzada. Suplican apoyo para hacer su vida más llevadera.Freddy Rodríguez / Extra

¡Solo les queda el amor!

Él tiene efefantiasis. Ella, una diabetes avanzada. Suplican apoyo para hacer su vida más llevadera.

En medio de la soledad y el desamparo, se encuentra una pareja de ancianos que lucha a diario para enfrentar las dolencias físicas que padecen. Alberto Villalá, de 62 años, sufre de elefantiasis, síndrome caracterizado por el aumento de tamaño de algunas partes del cuerpo; mientras que su esposa tiene una diabetes avanzada.

Hace cuatro años, Alberto se dio cuenta que sus piernas se hinchaban. Esta condición le impedía caminar con normalidad. Tras consultar a un médico, su rutina cambió: ahora debía pasar en cama con las piernas alzadas; por este motivo, tuvo que dejar su trabajo de calificador en una exportadora de banano.

Las llagas que empezaron a formarse en sus extremidades le producían dolor intenso. “Yo era el sustento de mi hogar”, explica. El hombre cuenta que siguió un tratamiento por 3 meses con el que mejoró; sin embargo, no pudo continuarlo por falta de dinero: cada inyección cuesta 120 dólares.

Junto a su cónyuge, Lucrecia Jácome, quien sufrió la amputación de su pie izquierdo hace un año y medio debido a una gangrena, vive en complejas condiciones dentro de las cuatro paredes de su casa ubicada en el sector Patria Nueva, del cantón El Triunfo.

Las numerosas necesidades económicas por las que atraviesan no les permiten mejorar su calidad de vida. Aún así no les falta una sonrisa en sus rostros para apoyarse el uno al otro cada día.

“Entre nosotros nos ayudamos, a veces él cocina y otras yo”, explica Lucrecia. Alberto se sostiene con la ayuda de un bastón; ella se traslada en una silla de ruedas. Varias veces, mientras prepara los alimentos, la mujer se ha salvado de sufrir quemaduras con agua hirviendo.

“Me da una pena inmensa ver cómo ella se esfuerza para tenerme la comida hecha”, dice, entre lágrimas, el hombre que además tiene un hueco en el talón, del cual emana un fuerte hedor.

La pareja actualmente no tiene ingresos fijos. Para continuar con sus respectivos tratamientos, ellos requieren de inyecciones Bonvida y vitaminas; asimismo, camas, colchones, ayuda económica y de especialistas, por lo que apelan a la solidaridad de los lectores de Diario Extra.

Si deseas colaborar puedes comunicarte al 0982655040- 0988488037- 0990214407. Lee la historia completa en la edición impresa de este viernes 13 de octubre de 2017.