La noche de peloteo de un grupo de vecinos y amigos terminó en desgracia. En el instante en que Víctor, un adolescente, de 15 años, se encontraba comprando en la tienda fue alcanzado por uno de los proyectiles disparados por delincuentes que se movilizaban en vehículo Chevrolet, color negro.

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El menor de edad recibió un tiro en el costado superior izquierdo del tórax. Fue trasladado por sus familiares hasta una casa de salud del suroeste de Guayaquil, donde dejó de existir minutos después de su ingreso. El hecho violento se registró a las 22:00 del viernes, en las calles 23 y la X, en el suroeste porteño.

Su progenitor contó que Pipo, como llamaban de cariño al cuarto de sus seis hijos, llegó del colegio y luego de merendar le pidió permiso a su madre para salir de casa y jugar pelota con sus ‘panas’.

“Estábamos conversando en el balcón de mi casa, cuando llegó un vecino para contarnos que mi hijo estaba herido de bala, que varias personas habían pasado como locas disparando y que mi muchacho recibió una bala perdida, cuando estaba parado junto a la tienda. Fue a comprar una cola para refrescarse”, relató con tristeza el padre, mientras que acompañado de familiares aguardaba el cadáver de su hijo.

El señor recordó a su amado Pipo como un muchacho tranquilo, quien soñaba con terminar el colegio y estudiar una carrera universitaria. “Mi hijo en la mañana ayudaba a su tía en una tienda. En la tarde iba al colegio, donde cursaba el cuarto año, había escogido Contabilidad, porque le gustaban los números”, agregó. (AEB)

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