Un reciente estudio de la Universidad de Colorado alerta que una guerra nuclear global —ya sea un conflicto limitado como el entre India y Pakistán o uno de escala mayor entre potencias como EE. UU. y Rusia— podría detonar un “invierno nuclear”. Este fenómeno provocaría un enfriamiento drástico del clima, disminución abrupta de la radiación solar y un colapso severo de la producción de alimentos alrededor del mundo

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Según ese análisis, solo seis países sudamericanos —Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Guyana y Surinam— tienen condiciones (como reservas de agua, baja densidad poblacional o cultivos adaptables) para resistir dos años tras el ataque nuclear sin colapsar.

Ecuador no aparece en esa lista, y con razón: nuestro país presenta una alta dependencia de la agricultura, importaciones y una infraestructura hospitalaria y de servicios vulnerable

¿Por qué no figura Ecuador en la "lista de sobrevivientes"?

• Economía agrícola dependiente: Los cultivos (banano, cacao, flores) sufrirían semestres de baja producción por el cambio climático abrupto.

• Fragilidad de las cadenas de importación: El corte en rutas internacionales afectaría el acceso a insumos médicos, petróleo, fertilizantes.

• Infraestructura deficiente: Hospitales, redes de agua y electricidad carecen de sistemas robustos de emergencia para desastres globales.

• Sin preparación civil: No existimos protocolos sólidos de respuesta a escala nacional frente a catástrofes climáticas globales.

¿Qué podrían hacer países sudamericanos en la "lista de supervivencia"?

• Reserva estratégica de alimentos y semillas adaptadas a condiciones extremas.

• Sistemas críticos descentralizados (energía, agua, salud) que resistan antefallos masivos.

• Diversificar importaciones, apostando a mercados regionales para tener rutas alternativas.

• Planes gubernamentales y civiles de preparación ciudadana frente a emergencias a gran escala.

¿Y ahora qué puede hacer Ecuador?

Aunque el panorama suene alarmante, esta investigación no busca sembrar pánico —sino conciencia y acción. Frente a las crecientes tensiones globales y la carrera armamentista entre potencias nucleares, Ecuador y sus vecinos deberían:

• Fortalecer capacidades locales de autosostén: desde agrotecnia hasta generación energética renovable.

• Crear redes de cooperación regional (mercosur ampliado) para intercambiar recursos en crisis.

• Modernizar infraestructura crítica, con uso de tecnologías resilientes y redundantes.

• Diseñar campañas públicas que fomenten cultura de la prevención y la solidaridad ciudadana.

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