“¿Le hablo? ¿Se lo digo?, pero, ¿cómo abordar un tema como la sexualidad con mi hijo?”. Estas suelen ser las preguntas de los padres al ver que sus hijos ya no son tan pequeños y que deben conversar de temas acordes a su edad.

“Debe hacerse con la mayor comprensión posible. No generar el sentimiento de incomodidad, sino de apertura”, explica la psicóloga clínica Paola Cercado.

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Sin embargo, comenta la experta, esta charla no está supuesta solo a la adolescencia y los cambios hormonales.

“Esto debería iniciarse en la primera infancia. Allí es cuando se llaman a las partes íntimas con el nombre que tienen: son vagina, pene, trasero, etcétera Se deben evitar los nombres como ‘cosita’, ‘pipí’ o demás”, explica.

Un punto importante en esta etapa es que el niño o niña identifique qué le genera incomodidad, como los saludos con beso en las mejillas.

Pero, la edad avanza, la conversación evoluciona y los temas en ella también. En la edad de entre 9 y 10 años, previa a la adolescencia, se mencionan los cambios a los que están por enfrentarse.

“Entre los 11 y 12 años, se aborda lo relacionado con el enamoramiento, al gusto por algún par o las primeras ‘maripositas’, pero a los 15 o 16, en cambio, se deben incluir las relaciones sexuales, no solo para evitar embarazos adolescentes, sino por prevención de enfermedades de transmisión sexual”, indica la especialista. 

Entender al adolescente

El primer paso para hablar con su hijo o hija sobre sexualidad es comprender todos los cambios por los que está pasando. Los procesos hormonales también deberían ser explicados para ellos.

Ser la guía 

Al entablar esta conversación se debe procurar dirigir al adolescente; es decir, ayudarle en su descubrimiento, por ejemplo, orientar que desde los 11 años se tiene pudor.

Ponerse los ‘zapatos’

La psicóloga explica que para llegar a la comunicación efectiva con los hijos se debe pensar en qué se hubiera deseado tener a la edad.

Análisis del diálogo

Los padres deben analizar si están en la capacidad de poder conversar de sexualidad con sus hijos. Si no se logra, buscar ayuda profesional. 

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