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Hierbas y amor para que el chancho sepa mejor

Galo Pillalaza creció con el aroma del hornado fresco. Desde que tenía 6 años ayudaba a su madre en el negocio familiar. “Soy la quinta generación que se dedica a esto. Desde chiquito me ponían a picar chicharrón”, detalló.
La experiencia que tiene en gastronomía lo llevó a ser uno de los participantes de la semifinal del mundial del hornado, que se realizó ayer en la mañana en Machachi, cantón Mejía. Durante el encuentro, cinco seleccionados ofertaron a los comensales sus versiones de aquel plato tradicional. El vencedor de la partida representará a la zonal dos (Pichincha, Orellana y Napo) en la final del 25 de septiembre, en Otavalo, Imbabura.
Laura Cajas, seleccionada de Mejía, sur de Pichincha, recordó cómo era el negocio hace años. “Teníamos que traer los chanchos a pie desde Latacunga (Cotopaxi). Ahora es más sencillo y se cuida mucho la calidad del producto”, manifestó.