El hombre que habría apuñalado a su novia con un pico de botella no aparece. Agentes investigadores le dan ‘cacería’ por el Centro Histórico. Mientras tanto, la mujer, de 33 años, se recupera de su herida en el hospital Eugenio Espejo.

El sujeto supuestamente agredió a su pareja mientras bebían licor en casa de ella, el sábado. Junto a ellos estaban el sobrino de él y su novia. Esta última fue quien presenció el ataque y llamó al ECU-911.

La joven contó a los policías que habían compartido durante toda la noche. Según su versión, le solicitó a la dueña de la casa que le guardara el celular y el reloj hasta antes de irse.

Los cuatro siguieron bailando durante la madrugada y, a las 03:00, la chica le habría pedido sus cosas a la propietaria, quien supuestamente respondió: “No sé dónde están”.

La joven le habría contado al tío de su novio lo que sucedió y este se enojó. La testigo relató que el hombre insultó, empujó y, al parecer, le cayó a golpes a su pareja, quien también habría respondido con patadas y puñetes.

Luego de forcejear por varios minutos, el sujeto habría roto una botella y con el pico se lanzó contra la mujer. En ese momento, la chica y su novio los separaron y el presunto agresor salió de la casa.

Los jóvenes se percataron de que a la dueña de casa le salía sangre y antes de querer socorrerla, esta se desplomó en la sala. La chica llamó a emergencias para que atendieran a la herida, que empezó a tener convulsiones.

Un grupo de paramédicos del Cuerpo de Bomberos llegó al sitio y estabilizó a la mujer, quien tenía un corte cerca del hombro izquierdo. Luego la trasladaron hasta una casa de salud en la cual no habría querido colaborar con las diligencias. 

Según el informe policial, la médica legista fue a valorar su estado para determinar sus días de incapacidad, pero la mujer se resistió “poniéndose en una actitud agresiva y queriendo salir del hospital”. 

El coronel Juan Carlos Soria, comandante del Distrito Manuelita Sáenz, comentó que hasta la mañana de ayer policías buscaban por el Panecillo al sospechoso para que respondiera por el hecho. Al final, nunca apareció el teléfono ni el reloj de la chica.