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¡Una hora de vergüenza!

Moradores de la Perimetral castigaron a supuesto 'pillo'. El 'pelado' estuvo atado a un poste, pero nunca fue entregado a la Policía de la zona

delincuente amarrado final
El presunto delincuente se dedica a vender agua por el sector, según dijeron testigos.Captura de video

Que un supuesto ‘pillo’ haya sido amarrado a una señalética, a manera de escarmiento, fue gracioso para muchos usuarios en redes sociales. Pero para el policía del sector donde ocurrió el curioso hecho, esta actitud ciudadana no se ajusta a la ley.

El coronel Pablo Guachamín, jefe policial del distrito Nueva Prosperina, indicó que ante un robo o un intento de aquel delito, lo correcto es informar la novedad a la Policía. Más aún si los afectados logran retener al implicado.

Precisamente una situación de ese tipo sucedió el pasado jueves fuera de un supermercado, en el kilómetro 25 de la vía Perimetral, en el noroeste de Guayaquil. En un poste con una señal de Pare aledaño al negocio, un joven estaba amarrado con correas plásticas y cinta de embalaje transparente.

MENSAJE QUE LLAMÓ LA ATENCIÓN

El muchacho estaba sin camisa y en el pecho tenía pegado un pedazo de papel con un mensaje: “No vuelvo a robar”.

En la red social Twitter se difundió un video filmado desde un auto, el cual muestra el vergonzoso momento de quien minutos antes habría intentado llevarse unas varillas metálicas de un taller mecánico, ubicado junto al supermercado.

Wellington Mendoza, un comerciante de la zona, comentó que los trabajadores del taller cogieron al sujeto “para darle una lección” y que el ‘pelado’ suele vender agua por allí junto a un grupo de ‘panas’.

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Dos colaboradores del sitio de reparación de carros, quienes prefirieron no identificarse, dijeron que el involucrado, al ser descubierto en su intención, les rogó que no lo entreguen a los policías. “Golpéenme y suéltenme”, les suplicó.

Fue entonces cuando a los empleados se les ocurrió la peculiar forma de avergonzarlo. Sin embargo, luego de 90 minutos, camaradas del ‘aguatero’ lo desataron y él se fue.

EL ACTO CONTRIBUYE A LA IMPUNIDAD

Guachamín refirió que nunca les comunicaron del acontecimiento, a pesar de ser un deber ciudadano el denunciar a una persona retenida en un delito flagrante.

“Tienen la obligación de entregarla a la autoridad competente”, recalcó. Afirmó que cuando esto no ocurre, la ciudadanía promueve la impunidad del delincuente.

“Voy a entrevistarme con los moradores para ver por qué no lo entregaron. Si amerita el caso, se pondrá servicio policial en el lugar”, enfatizó.