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Iban por un préstamo y los dejaron sin carro

Supuestos prestamistas engañaron a guayaquileños con facilitarles dinero a bajo interés, pero en la frontera les robaron el auto y los abandonaron

carro
Este es el vehículo que los antisociales se robaron en la frontera con Colombia.Maribel Rojas

“Gracias, este es un robo”, esas habrían sido las últimas palabras que el chofer de un Kia color azul 2020 sin placa y su acompañante escucharon tras ser víctimas del robo de su vehículo en el que los pillos fugaron hacia la frontera con Colombia.

Cuatro hombres, oriundos del cantón Guayaquil, provincia del Guayas, llegaron la mañana del domingo 16 de enero hasta Tulcán, capital del Carchi, norte de Ecuador. Luego se trasladaron hacia la parroquia rural de Urbina, donde pretendían retirar un préstamo de 500 mil dólares que había sido acordado días antes.

El coronel Ricardo Andramunio, jefe de la Policía Judicial del Carchi, informó que los delincuentes contactaron a las víctimas a través de las redes sociales. Les ofrecieron un préstamo a bajo interés y a dos años plazo.

En Urbina, paso fronterizo hacia el vecino país, los esperaban cuatro hombres que tenían acento colombiano. Allí les dijeron que el dinero debían recogerlo en otro lugar, pero para ello solo debían ir el chofer y un acompañante.

El conductor del Kia entregó de manera voluntaria la llave y junto a su copiloto fueron cubiertos los ojos, debido que no podían ver el lugar dónde se encontraba la plata. Pero en el camino, tras advertirles del robo del carro, los amarraron y dejaron abandonados. (MR)

Las cámaras del ECU 911 Tulcán divisaron al Kia que cruzó por el Puente Internacional de Rumichaca. El carro desapareció frente a las cámaras y desde ese día se desconoce su paradero por lo que el propietario presentó la denuncia en la Fiscalía de Tulcán.

Y no es la primera vez que sucede algo así bajo esta modalidad. Otro caso similar le sucedió al propietario de un carro, oriundo de la provincia de Pichincha. En esa ocasión, el chofer de igual manera entregó la llave, pues los hampones le dijeron que debía esperar en el lugar mientras ellos iban a encaletar el dinero para que no sea descubierto en los controles policiales. El afectado esperó por horas y su carro nunca regresó.