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¡Inquilina murió a sus pies!

La víctima fue donde el dueño de casa a pedir ayuda. Él abrió la puerta, pero la mujer se desplomó. El implicado habría intentado suicidarse.

femicidio Puengasí
Juan Villagómez muestra el sitio donde la víctima falleció.HENRY LAPO

En medio de la sala todavía estaban las manchas de sangre del sospechoso del femicidio de Mariela. Juan Villagómez, dueño del inmueble, mostró desde afuera el lugar de los hechos.

 “Se habría intentado suicidar. Sé que es la pareja de la señora”, cuenta a EXTRA.

El casero no salía de su asombro porque vio morir a su inquilina, el 30 de septiembre. Esa noche, él y los vecinos de la calle S4o del barrio Futuro Libre, en Puengasí, sur de Quito, se alarmaron con los gritos de esa pelea conyugal.

En medio del pleito, Mariela salió de su departamento, subió unas gradas y golpeó con fuerza la puerta de Villagómez. Cuando él abrió, únicamente vio cómo se desplomó delante de él. “Ahí quedó en el pasillo. Ya no se levantó”, agregó.

El implicado y padre de los hijos de Mariela (quienes estaban en la vivienda) sangraba en el piso de la sala debido a las heridas que se había hecho en las muñecas. “Fue llevado a una casa de salud con resguardo policial luego de ser estabilizado”, manifestó Patricio Sarabia, jefe del Distrito de Policía Manuela Sáenz.

El oficial explicó que cuando los agentes llegaron, la mujer había muerto. Al revisarla se percataron de que tenía golpes en la cabeza y cortes en su cuerpo.

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Los vecinos llamaron a la Policía para pedir ayuda.Cortesía

Los hijos vieron todo

Según los informes policiales, dos adolescentes de 13 y 14 años habrían presenciado cómo su padre le habría quitado la vida a su madre. “Llamamos al personal de Dinapen para ponerlos a buen resguardo”, comentó Sarabia. Por ahora, los menores están en la casa de un familiar.

“Ya vinieron a llevarse ropa para enterrar a la señora. Supongo que pronto desocuparán el departamento. Ya depende de los hijos”, dijo Villagómez.

Lo último que escuchó de su inquilina (que arrendó el departamento en febrero de este año) fue que el 1 de octubre se igualaría con el arriendo de septiembre.

Los vecinos no conocían mucho a la pareja y antes no habían escuchado ningún pleito entre ambos. Solo veían a Mariela llegar todas las tardes de su trabajo.

 Villagómez limpió las manchas de sangre de su portal y las gradas por las que la víctima caminó en busca de auxilio.