En Ecuador, alquilar una vivienda durante años no otorga ningún derecho legal sobre la propiedad. Así lo establece el marco jurídico vigente, que deja en claro que el contrato de arrendamiento —sea verbal o escrito— no equivale a posesión ni puede derivar en una adjudicación del bien por parte del inquilino.

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La duda surge con frecuencia, sobre todo en casos donde los arrendatarios han vivido por más de 20 o incluso 30 años en una misma casa. Sin embargo, abogados y expertos en derecho civil coinciden en que el pago constante de arriendo implica el reconocimiento de un propietario, lo que impide cualquier intento de adquirir el inmueble mediante la figura de prescripción adquisitiva.

“La gente confunde la tenencia con la posesión. Si usted paga arriendo, está reconociendo que la casa no es suya. Aunque hayan pasado 40 años, no puede reclamarla como propia”, explica el abogado Andrés Villacís, especializado en propiedad inmobiliaria.

La figura legal que sí permite adquirir un bien

Existe una alternativa legal para adquirir una propiedad tras varios años de ocupación: la prescripción adquisitiva extraordinaria. Esta permite que una persona se convierta en propietaria si ha ocupado un inmueble durante 15 años o más de forma pública, pacífica, continua y con ánimo de dueño, sin pagar arriendo ni firmar contratos que reconozcan al verdadero propietario.

Pero esto no aplica en los casos de arriendo. Al pagar renta, se reconoce un vínculo legal con el dueño, lo cual desactiva el requisito de "ánimo de dueño" exigido por la ley.

¿Y qué dice la Ley de Inquilinato?

La Ley de Inquilinato en Ecuador contempla una opción de compra preferente para inquilinos que hayan ocupado una vivienda por más de 15 años. Sin embargo, este beneficio solo se activa si el propietario decide vender el bien. No otorga derecho automático de propiedad ni obliga al dueño a vender.

“Hay un mito muy arraigado en el país sobre este tema. Muchos piensan que vivir muchos años en una casa da derechos que la ley no contempla”, señala la jurista Gabriela Sánchez.

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