Ese bochorno que recorre el cuerpo, sube a la cara y provoca una gota gorda de sudor por la frente. Ese es el aspecto de quien pasa los inviernos en Guayaquil y sobrevive para contarlos. Ahora, nuevamente estamos próximos a darle la bienvenida a esa época calurosa, húmeda y lluviosa.

En la página de turismo Guayaquil es Mi Destino se establecen los dos periodos climáticos de la ciudad: invierno —de enero a mayo— y verano —de junio a diciembre— Eso es lo que hay porque la geografía del Puerto Principal no da ni para tener otoño y mucho menos nieve.

Es decir, el invierno está más que cerca y a manera de previa, el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (INAMHI), pronostica como muy probable que se registren algunas precipitaciones. Eso solo como un adelanto de lo que viene en 2019.

Estos cambios, de acuerdo a información presentada por la entidad, no son casuales sino que obedecen a un sistema sinóptico —una escala que influye en el comportamiento del tiempo— llamado Zona de Convergencia Intertropical. Todo eso hace referencia a la migración de bajas presiones y vientos.

Raúl Mejía, coordinador regional de la Cuenca del Guayas del Inamhi, asegura que esas escasas lluvias que pueden presentarse antes de que termine el año, no significan que el invierno perdió el reloj y se nos adelantó.

“Lo que si habrá son cambios progresivos o paulatinos con incrementos de temperatura y humedad”, explica Mejía sobre esa sensación térmica que se nos irá pegando al cuerpo con el pasar de los días.

Sobre si será un invierno gordo en lluvias o más bien ‘lánguido’, el experto no se anima a confirmarlo porque aún es muy pronto para dar un pronóstico certero. Lo que sí precisa es que será “moderado y mayor al 2018”.

De todas maneras, con lluvias o sin ellas, el calor nunca va a faltar en el Litoral ecuatoriano, sobre todo en Guayaquil donde los termómetros sí han sobrepasado los 35 grados.

Ya como para un día normal, la página especializada en clima Weather Spark, describe a la zona guayaca como un lugar donde se vive entre los 21 y 31 grados centígrados. Eso sí, siempre con espacio para calores extremos.