Los ciudadanos estuvieron expectantes ante el inicio del juicio político contra Guillermo Lasso, presidente de la República. Proceso que podría cambiar el rumbo del país en el transcurso de la semana.

Los operativos policiales, alrededor de la Asamblea Nacional, se desplegaron desde la noche del lunes. Aunque se colocaron vallas, unas tres mil personas pudieron pasar hasta las puertas de la entidad. La mayoría estaban a favor de Lasso.

“¿Se puede cometer una ilegalidad en nombre de lo político? Esa es una interrogante que ustedes deben responder”, fue una de las respuestas de Guillermo Lasso a las acusaciones de sus interpelantes: Viviana Veloz (UNES) y Esteban Torres (PSC), dentro del juicio.

Antes de ello, Torres defendió el proceso diciendo que el juicio político es legítimo y la Legislatura lo ha desarrollado cumpliendo los parámetros del dictamen de la Corte. “No existen arbitrariedades, abuso o vicios en el proceso”.

El presidente se defendió en el pleno con el argumento de que no hay las pruebas suficientes para lo que se le acusa: presunto peculado.

“Cada vez que las pruebas de mi inocencia se vuelven evidentes e irrefutables, los acusadores recurren a la más manoseada y trillada falacia que se ha esgrimido en un proceso: ‘esto es político’. ‘Pero si el contrato es de 2018’, no importa, esto es político. ‘Pero si no hay testigos ni informe’, no importa, esto es político. ‘Pero si se está vulnerando el debido proceso’, no importa, esto es político”, enfatizó ante el pleno.

“QUIEREN TUMBARLO”

Mientras los discursos avanzaban en el legislativo, afuera se cerraron las calles aledañas y quienes se acercaron a la Asamblea se autodenominaron como “defensores de la democracia”, al estar en contra del proceso. “Que se vayan los asambleístas que tienen jodido al país”, gritaban los simpatizantes del presidente, vestidos de blanco y amarillo.

En la calle Piedrahíta se colocaron pantallas gigantes en las que se transmitían spots del gobierno nacional, estas se conjugaron con los carteles y banderas de varias provincias del Ecuador. “Vinimos a respaldar la democracia, no importa quién está en la presidencia”, dijo a EXTRA Guido Ramos, quien salió desde Ambato a las 04:30. Estuvo en el sitio a las 08:00 y se quedó hasta las 17:00.

“No estamos de acuerdo con el juicio porque no hay ningún juicio. Solo quieren tumbarlo a Lasso”, aseveró.

Lorenzo Calva llegó desde Guayaquil y se identificó como uno de los representantes de los barrios de esa urbe. “Queremos vivir en democracia y por eso defendemos el orden constituido desde la década de los 70”, explicó.

ENFRENTAMIENTOS

A unas cuadras de la concentración progobierno llegaron manifestantes que exigían la salida del presidente. “Estamos en contra de este gobierno nefasto. Mire cómo estamos sumidos en la inseguridad”, aseveró Amparo López, quien se identificó como militante de la Revolución Ciudadana.

Hubo un operativo policial de 240 agentes que se desplegó en los alrededores de la Asamblea. “También estamos revisando a quienes se acercan para evitar que haya armas cortopunzantes”, informó el coronel Juan Chacón, quien estuvo a cargo de la seguridad.

Amparo insistió que el grupo opositor no buscaba enfrentamientos, sino expresar su rechazo al gobierno. “Nos mantendremos en este espacio, no queremos violencia”, agregó. Sin embargo, sí se registró un cruce de palabras y golpes entre partidarios y opositores. El incidente se controló.

FUNCIONARIOS PÚBLICOS

En el sitio iban desfilando varios ministros como: María Brown, de Educación; Gustavo Manrique, de Relaciones Exteriores; Esteban Bernal, de Inclusión Económica y Social (MIES), entre otros que llegaron para respaldar a Guillermo Lasso.

En la puerta de la Asamblea se dio paso a varias intervenciones de ciudadanos que rechazaban el juicio. Quien animaba las intervenciones de algunos ciudadanos, con micrófono en mano, fue el director nacional de Participación Ciudadana e Interculturalidad del MIES, Santiago Páez. En cuanto arribó Lasso y saludó a los presentes poco a poco se iban retirando los simpatizantes.

NO ALCANZÓ AL PRESIDENTE

No todas las personas llegaron para solamente apoyar al primer mandatario. Karina Vela, derramando lágrimas, vio cómo se iba el vehículo presidencial. “Déjeme hablar con él (Lasso)”, le decía a uno de los guardaespaldas. No la dejaron.

Ella es una de las afectadas por el aluvión de La Gasca y quiso pedirle personalmente a Guillermo Lasso que se cumpla con las promesas de restaurar las casas afectadas. “Ha pasado más de un año y todavía han quedado cosas pendientes. Hemos sufrido mucho”, expresó.

Su esperanza era que el mandatario la escuchara en cuanto llegara a su comparecencia. “Quería que escuche mi angustia que es la de algunas familias de La Gasca”, insistió. Ella dijo ser partidaria del gobierno, pero esperaba que así como lo apoyó, Guillermo Lasso también la atienda.

Al sitio llegaron también excombatientes del Cenepa, quienes con uniformes camuflaje quisieron acercarse al presidente para expresarle su apoyo.