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¡La bendición de sus padres era su ‘escudo’!

Miguel Ángel Gonzalez, Cotopaxi
La bendición de sus padres era la mayor protección del capitán Diego Icaza cuando partía a unas prácticas militares. El uniformado, de 35 años, fue una de las 22 víctimas mortales registradas en el accidente aéreo del pasado martes. “Supe que había venido a despedirse de los papás. La última vez que lo vi fue el 31 de diciembre del año pasado”, contó Ignacia Mena, cuñada de Diego, fuera del velatorio que se realizó ayer en el barrio Lasso de Cotopaxi.
Deshecha por tan inesperada pérdida, la señora sacaba a relucir la época en la que el militar vivió con ella y su esposo, en Quito, mientras estudiaba la carrera de las armas. Ella se enteró de la fatídica noticia cuando escuchó en los medios de comunicación que un avión se había caído en el Oriente. Y sintió que su alma se destrozaba al conocer que en la aeronave iba su familiar, quien deseaba ser maestro de salto como los demás compañeros accidentados.