La huella musical crece desde el centro

  n las fiestas de Guayaquil no falta la música, especialmente la que interpretan las bandas de estudiantes en los tradicionales desfiles.  El mayor punto de referencia para adquirir liras, flautas, melódicas y tambores para el quehacer musical en la ciudad es la zona de Rumichaca y Víctor Manuel Rendón. El ritmo que suena por los altos parlantes y los grandes instrumentos que se ven a través de los vidrios revelan la onda musical en este sector. Los primeros locales especializados en sonido y amplificación estaban en la calle José Campos Maigne, antes conocida como Zaruma, porque en este tramo funcionaban algunas discotecas. Como más antiguo de ellos está el musical Gallardo. El propietario del establecimiento, Miguel Gallardo, con su cabello largo y manteniendo su estilo hippie, recordó que se inició en la venta y comercialización de instrumentos musicales por 1981. “Los Gallardo somos fundadores del grupo Boddega, en el año 71. Pero años antes formamos el grupo de rock Los Hippies. Como siempre cambiábamos de equipos e instrumentos los viejos quedaban guardados. En un inmueble de la calle Zaruma y Rumichaca teníamos una bodega llena”. Eran tantos los implementos renovados que sus padres alquilaron otro local para guardarlos. Gallardo reconoció que fueron “bien egoístas”. Preferían guardar los instrumentos e implementos que renovaban y no prestarlos ni alquilarlos. No querían tener competencia. 

En las fiestas de Guayaquil no falta la música, especialmente la que interpretan las bandas de estudiantes en los tradicionales desfiles.

El mayor punto de referencia para adquirir liras, flautas, melódicas y tambores para el quehacer musical en la ciudad es la zona de Rumichaca y Víctor Manuel Rendón.

El ritmo que suena por los altos parlantes y los grandes instrumentos que se ven a través de los vidrios revelan la onda musical en este sector.

Los primeros locales especializados en sonido y amplificación estaban en la calle José Campos Maigne, antes conocida como Zaruma, porque en este tramo funcionaban algunas discotecas.

Como más antiguo de ellos está el musical Gallardo. El propietario del establecimiento, Miguel Gallardo, con su cabello largo y manteniendo su estilo hippie, recordó que se inició en la venta y comercialización de instrumentos musicales por 1981.

“Los Gallardo somos fundadores del grupo Boddega, en el año 71. Pero años antes formamos el grupo de rock Los Hippies. Como siempre cambiábamos de equipos e instrumentos los viejos quedaban guardados. En un inmueble de la calle Zaruma y Rumichaca teníamos una bodega llena”.

Eran tantos los implementos renovados que sus padres alquilaron otro local para guardarlos.

Gallardo reconoció que fueron “bien egoístas”. Preferían guardar los instrumentos e implementos que renovaban y no prestarlos ni alquilarlos. No querían tener competencia.