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¡La tierra se partió en La Juanita!

Miguel Ángel González, Quinindé
Los perros anunciaron la tragedia. Sus ladridos se dirigieron a la oscura loma del sector La Juanita, en Quinindé, Esmeraldas. Silvio Cumbicos y su familia dejaron de mirar la televisión en la sala para observar a los canes, la noche del sábado 30 de abril.
“Un vecino nos gritó que dejáramos la casa, porque la montaña se caía”, replicó ayer Cumbicos, de 24 años, mientras sacaba las cosas de su vivienda que se cuarteó.
Esa fecha, la carretera empedrada de este sector esmeraldeño se partió. La afectación se observaba en dos kilómetros de esta vía.
Dolores Villegas, jefa de la Unidad de Riesgos del Municipio de Quinindé, dijo que el incidente pudo haberse producido por las constantes réplicas suscitadas tras el terremoto del 16 de abril.
Sin embargo, la funcionaria indicó que un equipo de geólogos hará un análisis de la situación. “Una vez que se investigue se podrá saber qué ocurrió realmente”, acotó Villegas.
Además de los Cumbicos, otras 10 familias resultaron perjudicadas. Luego del incidente, los afectados fueron evacuados a los hogares de otros parientes, tanto en Quinindé como en el sector llamado Mirador.
La representante municipal también explicó que el camino no fue el único destrozado. Calculó que existen alrededor de 300 metros de piso hundido, en los costados de la vía.
HABRÁ UNA LIMPIEZA
Silvio y su familia salieron despavoridos, luego de las 19:00, donde un pariente cercano. Al día siguiente, regresaron a la edificación, cuyos muros estaban rotos. El cemento del patio se levantó como la costra de una herida.
“Ahora no sabemos cómo arreglaremos la casa. Tenemos ganado, pero las reses están bien”, comentó el joven durante su éxodo.
En la zona afectada había tramos arrugados como una alfombra. En otros, en cambio, el suelo se partió igual que un pastel de cumpleaños.
Las entrañas rojizas del piso salieron a flote. Incluso una fracción de la vía se hundió alrededor de tres metros. Eso creó un muro que debían sortear los moradores que cruzaban el caserío.
Zoilo Castillo, morador de La Juanita, usaba un machete para quitar las hierbas del costado de la carretera. Con eso ayudaba a los transeúntes a caminar sin tantos inconvenientes.
“Mi casa no se dañó, pero hace seis años ocurrió algo similar”, detalló el hombre, de 66 años, que no dejaba de limpiar.
Hoy estaba previsto que se realice una minga para intentar arreglar los espacios destruidos. “Vamos a usar maquinaria para esta labor mancomunada. Eso permitirá que la gente no camine tanto”, dijo Dolores Villegas.
SE FUE LA LUZ
La gente pasaba el poblado haciendo transbordos. Muchos comuneros viajaban en camionetas hasta ciertos puntos, desde donde emprendían su marcha a pie.
Allí se encontraba Leonardo Ovando, de 50 años, que brincaba el lodo para ir hasta su finca. “Me voy por un atajo para hacerme solamente tres horas de viaje. Si sigo por este camino se hace más tiempo”, estimó el delgado agricultor.
Él vive en un recinto llamado Tachina, que se conectaba con La Juanita. Pero ahora los carros no pueden pasar por la gravedad de las ‘fracturas’ en la tierra.
Stalin Álava, jefe político de Quinindé, aseveró que a este inconveniente se sumó la falta de luz. Esto porque hubo postes que se cayeron, lo que provocó un apagón en el sector.
“El problema lo solucionan técnicos de CNEL (Corporación Nacional de Electricidad)”, indicó el líder político.
Uno de los perjudicados por la falta de energía era Aníbal Holguín. Su casa quedó a oscuras la fecha del evento natural. Eso provocó que se cayera durante la huida a una zona más segura.
“Dando gracias a Dios no hubo muertos”, narró con satisfacción el poblador, quien se quedará en la propiedad de uno de sus hijos, mientras duran los arreglos.