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¡La tragedia unió sus vidas!
Anny Bazán, Guayaquil
Jamás se habían visto, pero desde la tarde del martes, Juana Quijije, Carlos Wong y Bolívar Alvarado se apoyan unos a otros en la sala de emergencia del hospital Luis Vernaza, de Guayaquil. El terremoto los unió.
Ellos están pendientes de la salud de sus seres queridos, quienes fueron afectados por el sismo ocurrido el pasado sábado y que azotó principalmente a la provincia de Manabí.
Estas tres familias dejaron de pensar en la tragedia y ahora creen en los milagros. Ellos nunca se habían conocido, pero la desgracia los hizo amigos, que se dan fuerza en la adversidad, luego de sobrevivir al desastre natural.
La tristeza se nota en sus caras, pero sonríen porque confían en la solidaridad del país. Han visto las noticias de los diferentes medios y ven un rayo de esperanza.
Sentado en un muro de la casa de salud, donde permanece asilada su esposa, Bolívar Alvarado relató la tragedia que vivió durante 14 horas al no saber nada de ella.
Su conviviente Alexandra Loor, de 23 años, minutos antes del temblor, había salido de su vivienda, ubicada en el sector de Urbirríos 2, perteneciente a la parroquia Tarqui, en el norte de Manta, para dirigirse hasta un salón de belleza, “porque en la noche tenían un compromiso en la casa de unas amigas”.
Según Bolívar, al poco tiempo de haber llegado se produjo el movimiento telúrico. “El hotel Umiña colapsó, menos la planta baja, donde Alexandra quedó atrapada entre los escombros hasta el día siguiente en que fue rescatada por voluntarios”, relató.
La mujer, quien es madre de dos niños, de 6 y 2 años, se encuentra estable, pero presenta fracturas en sus piernas.
Bolívar comentó que es la primera vez que visita el Puerto Principal. “Siempre quise conocer esta ciudad, pero no pensé que iba a ser en estas condiciones”, expresó.
Sus amigas fallecieron
“Del susto por el terremoto vi como una persona se quedó con el cuerpo paralizado”, manifestó aún asombrado Carlos Wong Sion, un manabita de ascendencia china.
Wong señaló que luego del sismo, su progenitora, Ita Sion Macías, de 95 años, intentó caminar hasta un lugar seguro dentro del departamento donde habitaba, pero por la oscuridad resbaló y se fracturó la cadera.
La mujer fue auxiliada por un familiar y trasladada al hospital Rodríguez Zambrano, de Manta, donde, según Wong, “no hay espacio para tantas personas afectadas”.
El hombre contó, que a pesar de que ningún miembro de su familia falleció, una amiga y una compañera de trabajo fueron víctimas del terremoto.
“La secretaria de la compañía donde trabajo estaba comprando los útiles escolares para sus hijos y el centro comercial se derrumbó. Ella quedó atrapada en la planta baja, comenzó a pedir auxilio por medio de mensajes, pero la sacaron el martes muerta”, dijo Wong.
Con su voz quebrada, Carlos también mencionó lo ocurrido con su amiga Celia Higuera, quien era gerenta de un hotel en Manta. “Los tres pisos altos del edificio donde se encontraba colapsaron y ella quedó atrapada en la planta baja”.
Les cayó la pared
La familia Cárdenas Quijije lo perdió todo, pero conserva la fe de que pronto Nelly, de 45 años, despierte del coma en que se encuentra, luego de que la pared de su casa le cayera encima y la dejara inconsciente.
Su madre Juana Quijije manifestó que estaba junto a su hija, tomándose un café en los exteriores de su vivienda, cuando ocurrió el sismo. “Todas las personas corrían desesperadas, incluso yo, pero no sé qué le pasó a mi hija que se quedó inmóvil”, recordó.
La señora agregó que Nelly presenta un sangrado interno, por lo que su estado de salud es delicado.
Carlos Cárdenas, hijo de Juana y hermano de la afectada, llegó la tarde de ayer a Guayaquil, proveniente de Manta, para estar pendiente de su ser querido.
“Vengo a darle fuerzas a mi madre. A pesar de que no tenemos una casa dónde vivir, conservamos la fe de que pronto mi ñaña se pondrá de pie”, comentó Carlos.