“Nos volvemos vulnerables contra los delincuentes, es como ponerle el queso al ratón”. Así resume Alexandra Mejía el temor con el que, según dice, viajan muchos guayaquileños a diario en la Metrovía, el sistema de transporte masivo que hoy deja en evidencia varias fallas en su seguridad.

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Mejía cuenta que ha tenido que esperar sola el alimentador en paradas oscuras como la de La Florida. Muchas veces, las puertas de ingreso están dañadas o abiertas, lo que la deja expuesta a situaciones de riesgo.

“No me parece. En la noche da temor. Algunos guardias hacen bien su trabajo, pero otros están con el celular en la mano y no ven lo que pasa alrededor”, lamenta.

Su testimonio se suma al de muchos otros usuarios que han comenzado a alzar la voz tras un robo registrado hace un par de semanas en la estación Pradera 1, al sur de Guayaquil.

Robo en la Metrovía de Guayaquil por puertas dañadas

En redes sociales circuló un video en el que se observa a un delincuente entrando por una de las puertas dañadas de la parada, quien procede a robar a varios ciudadanos que esperaban el bus y luego huye rápidamente por la zona de embarque. Afuera lo esperaba una moto para facilitar su fuga.

Sharon Alejandro, usuaria frecuente de esa estación, señala que el personal operativo recién acudió a reparar las puertas varios días después del robo, cuando el daño ya estaba hecho. “Se suponía que la Metrovía era un medio de transporte más seguro frente a los buses tradicionales, pero la verdad es que cada vez se siente más inseguro y peligroso”.

Ella también critica la falta de preparación de los guardias: “Creo que se debería contratar personal más capacitado, porque cuando pasa algo se quedan parados y nada más”.

Paradas de la Metrovía con puertas defectuosas

EXTRA detectó que al menos nueve paradas presentan fallas similares: 

• Tanca Marengo
• Dolores Sucre
• Cerros de Mapasingue
• Centro de Arte
• Las Monjas
• Ferroviaria
• Vicente Rocafuerte
• Iglesia de la Victoria
• Caja del Seguro IESS

En esta última, el usuario Mauricio Gómez confirma que el problema es recurrente. “Hay gente se mete por esas puertas abiertas para no pagar pasaje. Parece que ya se acostumbraron. No hay guardias, un hombre se metió sin problema. Yo no sé si no arreglan bien esas puertas, a veces funcionan, pero la mayoría del tiempo están dañadas. No hay control ni mantenimiento”.

Gómez advierte que los delincuentes también han identificado estos puntos vulnerables. “Saben que en esas puertas dañadas la gente se queda esperando y ahí les roban. Cuando uno reporta eso al guardia, ellos se comunican por radio, pero no sé si de verdad notifican algo. Ya es normal ver robos en esta parada”, denuncia.

Una señora que descendía de un articulado, quien prefirió no identificarse, fue tajante en su reclamo: “Hay un descuido de las autoridades. Aprovechan que estas puertas están abiertas y roban. Yo he visto cómo se meten, como en el paradero de La Atarazana, y también cómo arranchan teléfonos adentro del bus. ¡Pongan más atención!”.

El malestar se repite en otros sectores. Franklin Pineda, usuario habitual, dio su opinión desde los exteriores de la estación Iglesia de la Victoria. “Esto no puede pasar. Con tanta delincuencia, uno ya no puede estar tranquilo. Nos toca andar como los delincuentes, mirando para todos lados", comenta con frustración.

Por su parte, Manuel Alfredo tampoco ocultó su frustración. “No hay compostura. La vagancia de las autoridades tiene esas puertas así. Hago un llamado para que las arreglen. ¡Mucho ojo y mano dura”, pidió.

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