Justo una semana después de que Anddy Fernando Morales Villegas, de 30 años, fuera asesinado en los exteriores de una concesionaria en la avenida Francisco Orellana, un hecho similar cobró la vida de otro ciudadano: Jordy Orlando Garrido Catagua, de 32 años. En este segundo caso, el crimen ocurrió en la avenida Hermano Miguel Alcívar, entre las ciudadelas Ietel y Garzota, en el norte de Guayaquil.

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En ambos sucesos, las víctimas se encontraban en patios de compra y venta de vehículos y fueron atacadas a tiros mientras se movilizaban en sus automóviles cerca de las puertas de los negocios.

Comercio de ropa

Según la Policía, Morales estaba acompañado de una mujer, presuntamente su pareja, cuando fue interceptado por delincuentes armados. La víctima recibió al menos 20 impactos de proyectil, según las primeras observaciones. Los atacantes usaron un arma calibre 9 milímetros, y el cuerpo de Morales quedó dentro del vehículo que conducía, de placa GTO-7833.

“Presentaba múltiples heridas ocasionadas por impactos de proyectil. Testigos indicaron que los disparos fueron efectuados por dos sujetos que se movilizaban en un vehículo color azul que luego fue abandonado”, informó un agente investigador.

Un tío de Morales Villegas dijo a la Policía que su sobrino se dedicaba al comercio de ropa, pero no proporcionó más información.

Era oriundo de Portoviejo

En el caso de Jordy Orlando Garrido Catagua, asesinado la tarde del jueves 13 de agosto en la Garzota, se trataba de un hombre de 32 años, oriundo de Portoviejo, sin antecedentes penales. Testigos indicaron que se dedicaba a la compra y venta de automóviles y a la comercialización de azúcar.

Agentes de Criminalística encontraron el cuerpo de Garrido Catagua tendido en el suelo con varias heridas de proyectil. En la escena se levantaron siete vainas calibre 9 milímetros, un vehículo con placa PCK-8951, un teléfono celular y varios documentos. Un familiar explicó que la víctima estaba en Guayaquil por negocios y desconocía los motivos del ataque.

Una fuente policial señaló que, aunque es probable que exista algún vínculo entre los dos crímenes, hasta ahora no hay evidencia de conexión directa. Sin embargo, coincidió que ambos acudieron a patios de compra y venta de vehículos para cotizar automóviles.

“Aunque no haya una conexión clara entre los hechos, estos negocios muchas veces funcionan como fachadas para lavado de dinero o tienen vínculos con ingresos ilícitos. Es posible que alguna de las víctimas haya tenido nexos con grupos criminales dedicados a actividades ilícitas. Las investigaciones determinarán los detalles. Que ninguna de las víctimas tuviera antecedentes no los exime de riesgo. Además, no son los únicos casos registrados en Guayaquil”, explicó la fuente.

La tarde del lunes 4 de agosto, un atentado armado afectó otro patio de compraventa de vehículos en el sector Kennedy Norte, en el norte de Guayaquil. El ataque dejó tres personas heridas, entre ellas un mayor de la Policía Nacional, César Ruiz Torres.

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