Juan Yépez ya fue enterrado y hasta ahora no se sabe quién lo embaló. Lo que sí es seguro es que su muerte no fue violenta, como se creía el momento de su levantamiento.

El hombre, de 52 años, apareció sin vida dentro de su auto, en la calle Juan Jácome, cerca del parque del barrio Atahualpa, sur de Quito, el pasado fin de semana.

Su caso llamó la atención porque el cadáver estaba envuelto en un colchón, sábanas y una cobija. Además estaba sujeto con cinta de embalaje, según las pericias.

Iván Naranjo, jefe de la sección de Muertes Violentas de la Dinased Quito, dijo que el protocolo de autopsia reveló cómo murió Yépez. “Se trata de una obstrucción de vías respiratorias”.

Pero esto no fue provocado por una persona. Según el oficial, el cuerpo de Yépez no tenía ninguna huella de violencia, por lo que la causa se enmarca en una muerte natural.

Es un delito

Naranjo indica que el hombre trabajaba en una mecánica. Frecuentaba algunos lugares de la zona en donde fue localizado, por lo que se indaga si ingresó -a pesar de las restricciones- a un night club ubicado cerca de ese barrio.

Luego, probablemente, se reunió con otras personas y bebieron. De un momento a otro se quedó dormido de modo que se le cortó la respiración.

“Manejamos la hipótesis de que puso su cara sobre uno de sus brazos y se ahogó”, explicó Naranjo. Aunque todavía es un misterio si estuvo acostado o sentado antes de que lo ingresaran al vehículo.

Los investigadores descartaron que se haya atragantado con su propio vómito, ya que en la garganta no se hallaron restos alimenticios.

La teoría que maneja la Policía es que cuando sus acompañantes lo vieron sin vida de seguro que se asustaron. Por eso lo envolvieron y lo embarcaron en el automotor. También se investiga si alguien condujo el vehículo de Yépez.

“Uno de los parabrisas estaba roto. No está claro si alguien quiso robar el carro cuando estaba estacionado o lo rompieron para meter el cuerpo”.

Naranjo aseguró que en este caso sí se cometió una falta. “Aunque se demostró que no fue un crimen, quienes movieron el cuerpo incurrieron en un delito”, concluyó el oficial.

Según el Código Integral Penal (COIP), en este caso hubo una alteración de evidencias y elementos de prueba. Si alguien es detenido por este caso podría pagar una condena de 1 a 3 años de prisión.