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Le ‘lanzó el carro’ cuando le pidió los ‘papeles’

Anny Bazán, Guayaquil Fue justo en el Día Internacional de la Mujer. En lugar de recibir respeto e igualdad, una agente de Tránsito Municipal de Guayaquil fue agredida por un conductor cuando ella le llamó la atención por irrespetar una señal de tránsito. El incidente, que ocurrió a las 07:00 del pasado martes, quedó grabado en vídeo. Un testigo capturó la escena ocurrida en las calles José Mascote y Pedro Pablo Gómez, en la que se observa la acción del chofer, que le ‘echó el carro encima’ a la uniformada. Según la vigilante Lilibeth Gómez, que estaba asignada para este sector, vio que el vehículo estaba parqueado sobre la zona peatonal y le pidió los documentos al supuesto infractor. En primera instancia, el hombre intentó evadir la solicitud, pero luego le ‘lanzó el carro’. La joven, de 24 años, resultó con una lesión en su pierna derecha por el golpe que recibió con la parte frontal del vehículo. “Me puse frente al auto porque el hombre me empujó con el carro e intentó darse a la fuga, pero gracias a que un bus se atravesó no lo hizo”, relató Gómez. La joven dijo desconocer los motivos por los que el hombre actuó de esa forma con ella. “Le exigí respeto por ser una mujer, (le indiqué) que yo cumplía con mi trabajo. Pero él siguió con su manera altanera”, agregó la agente. La afectada solicitó ayuda a la central de tránsito y a la policía, cuyos miembros llegaron al lugar y trasladaron al hombre hasta la Fiscalía, donde fue puesto a órdenes de las autoridades.
Anny Bazán, Guayaquil
Fue justo en el Día Internacional de la Mujer. En lugar de recibir respeto e igualdad, una agente de Tránsito Municipal de Guayaquil fue agredida por un conductor cuando ella le llamó la atención por irrespetar una señal de tránsito.
El incidente, que ocurrió a las 07:00 del pasado martes, quedó grabado en vídeo. Un testigo capturó la escena ocurrida en las calles José Mascote y Pedro Pablo Gómez, en la que se observa la acción del chofer, que le ‘echó el carro encima’ a la uniformada.
Según la vigilante Lilibeth Gómez, que estaba asignada para este sector, vio que el vehículo estaba parqueado sobre la zona peatonal y le pidió los documentos al supuesto infractor.
Álvaro Tumbaco, Milagro (Guayas) Las lágrimas de María Chimbo tienen una doble carga de dolor. La desgracia visitó su hogar y tocó a dos de sus hijos. Antonio, de 18 años, yace inerte en un ataúd y Franklin, de 9, en la cama de un hospital de Guayaquil. Según la mujer, que no puede contener el llanto, el mayor de sus vástagos fue ingresado la mañana del pasado martes a un hospital de Milagro, cantón donde residen, con un fuerte dolor en el pecho y en la tarde le comunicaron su fallecimiento. Horas antes, una sartén con aceite caliente le cayó encima a su niño más pequeño. A estas desgracias, detalla la mujer, se suma el no saber de qué murió Antonio, porque supuestamente en la casa de salud no le dieron respuesta. Sin embargo, este Diario se comunicó con el hospital, donde informaron que la causa de la muerte fue una presunta insuficiencia respiratoria aguda. Lo único que sabe la señora es que su hijo el día anterior (lunes) pasó varias horas sumergido en el agua, ayudando a retirar algunos enseres de su vivienda de caña, ubicada en la ciudadela Las Américas, que se inundó a causa de las lluvias en ese cantón guayasense. La dolida madre narró que mientras el joven permanecía asilado, a las 09:00 del martes Franklin se acercó a la cocina para freír unos plátanos, se subió en un banco para echar los ‘verdes’ a una sartén llena de aceite, pero el asiento de plástico se venció, el menor cayó al suelo y encima de él el recipiente con el aceite caliente. Entre el hospital y el velorio Dolores Pinguil, hermana de Antonio, relató que mientras cuidaba al menor de sus ñaños, en Guayaquil, la llamaron del hospital donde estaba su otro pariente para supuestamente decirle que le iban a dar el alta. Dolores salió del Puerto Principal hacia Milagro, pero cuando llegó al nosocomio le informaron que Antonio había muerto. La familia Pinguil es oriunda de la provincia del Cañar y actualmente está dividida entre el velatorio de Antonio y el hospital donde está el menor de edad. El sepelio del joven será hoy al mediodía.
Álvaro Tumbaco, Milagro (Guayas)
Las lágrimas de María Chimbo tienen una doble carga de dolor. La desgracia visitó su hogar y tocó a dos de sus hijos. Antonio, de 18 años, yace inerte en un ataúd y Franklin, de 9, en la cama de un hospital de Guayaquil.
Según la mujer, que no puede contener el llanto, el mayor de sus vástagos fue ingresado la mañana del pasado martes a un hospital de Milagro, cantón donde residen, con un fuerte dolor en el pecho y en la tarde le comunicaron su fallecimiento. Horas antes, una sartén con aceite caliente le cayó encima a su niño más pequeño.
Álvaro Tumbaco, Milagro (Guayas) Las lágrimas de María Chimbo tienen una doble carga de dolor. La desgracia visitó su hogar y tocó a dos de sus hijos. Antonio, de 18 años, yace inerte en un ataúd y Franklin, de 9, en la cama de un hospital de Guayaquil. Según la mujer, que no puede contener el llanto, el mayor de sus vástagos fue ingresado la mañana del pasado martes a un hospital de Milagro, cantón donde residen, con un fuerte dolor en el pecho y en la tarde le comunicaron su fallecimiento. Horas antes, una sartén con aceite caliente le cayó encima a su niño más pequeño. A estas desgracias, detalla la mujer, se suma el no saber de qué murió Antonio, porque supuestamente en la casa de salud no le dieron respuesta. Sin embargo, este Diario se comunicó con el hospital, donde informaron que la causa de la muerte fue una presunta insuficiencia respiratoria aguda. Lo único que sabe la señora es que su hijo el día anterior (lunes) pasó varias horas sumergido en el agua, ayudando a retirar algunos enseres de su vivienda de caña, ubicada en la ciudadela Las Américas, que se inundó a causa de las lluvias en ese cantón guayasense. La dolida madre narró que mientras el joven permanecía asilado, a las 09:00 del martes Franklin se acercó a la cocina para freír unos plátanos, se subió en un banco para echar los ‘verdes’ a una sartén llena de aceite, pero el asiento de plástico se venció, el menor cayó al suelo y encima de él el recipiente con el aceite caliente. Entre el hospital y el velorio Dolores Pinguil, hermana de Antonio, relató que mientras cuidaba al menor de sus ñaños, en Guayaquil, la llamaron del hospital donde estaba su otro pariente para supuestamente decirle que le iban a dar el alta. Dolores salió del Puerto Principal hacia Milagro, pero cuando llegó al nosocomio le informaron que Antonio había muerto. La familia Pinguil es oriunda de la provincia del Cañar y actualmente está dividida entre el velatorio de Antonio y el hospital donde está el menor de edad. El sepelio del joven será hoy al mediodía.
Álvaro Tumbaco, Milagro (Guayas)
Las lágrimas de María Chimbo tienen una doble carga de dolor. La desgracia visitó su hogar y tocó a dos de sus hijos. Antonio, de 18 años, yace inerte en un ataúd y Franklin, de 9, en la cama de un hospital de Guayaquil.
Según la mujer, que no puede contener el llanto, el mayor de sus vástagos fue ingresado la mañana del pasado martes a un hospital de Milagro, cantón donde residen, con un fuerte dolor en el pecho y en la tarde le comunicaron su fallecimiento. Horas antes, una sartén con aceite caliente le cayó encima a su niño más pequeño.