El sector de la construcción, parte del motor de la economía del país, fue uno de los más afectados por la pandemia del COVID-19, debido a que tuvo una paralización casi total desde marzo hasta mayo.

Tal es su importancia que durante el semáforo rojo, el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal se vio obligado a aprobar el 4 de mayo último planes de reactivación de 68 proyectos de edificación.

Pero antes que lamentar por las pérdidas, sus protagonistas han resuelto ponerse el overol y recuperar el espacio perdido.

Un equipo de Diario EXTRA fue testigo del movimiento paulatino en obras, como la que se levanta en la conexión de las avenidas de Las Américas y Juan Tanca Marengo. También el movimiento en distribuidoras de materiales de construcción.

Guillermo Cansing es propietario de una ferretería situada en las calles 38 y Portete. Recordó que en época de pandemia debieron enfrentar a las deudas que mantenían con proveedores e importadores.

Señala que en su caso optaron por hacer una reingeniería en el proceso de ventas enfocadas en el nuevo sistema de entrega a domicilio y empoderar una línea de herramientas eléctricas para la construcción.

“También recurrimos a la creatividad, a través de un sistema de marketing digital para encajar en el modelo de venta que se veía venir”, señaló.

Mientras, un intenso movimiento se registró el fin de semana en las calles Venezuela, desde la 11 hasta la 15. En ese sector del suroeste de la ciudad funcionan dos distribuidoras de materiales de construcción.

Por un lado estaban los clientes que esperaban adquirir principalmente hierro, cubiertas y cemento; por otro, vehículos cargados con el material listo para dirigirse a las obras.

Carlos Viejó, administrador de uno de los establecimientos, indicó que el 75 % del personal labora de manera presencial.

“Hemos logrado recuperar más del 50 % de la clientela. Confiamos en normalizarnos en los próximos meses”, expresó Viejó.