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El licor artesanal venía directo desde los grifos
Las condiciones de higiene eran mínimas. Los locales ubicados en Suscal fueron clausurados.
El licor artesanal estaba camuflado en canecas y bidones enterrados bajo tierra, ubicados detrás de tiendas de venta de artículos de primera necesidad.
Los locales eran conocidos por los consumidores asiduos y por los organizadores de eventos festivos comunitarios. Lo barato del producto era lo atractivo: un dólar cincuenta centavos el litro.
El descubrimiento lo hizo la Policía Nacional junto a personal de Intendencia y de Salud Pública, en base a información reservada. Sucedió en el cantón Suscal, al norte de la provincia de Cañar.
El parte policial da cuenta del tratamiento insalubre que se le daba a esta bebida alcohólica: lo procesaban como si fuese agua para el consumo humano, a través de grifos conectados con mangueras a los recipientes de almacenamiento.
El personal policial al descubrir la irregularidad, desenterró los tanques, mientras los propietarios de los negocios abrieron las llaves para evacuar el producto e intentar eliminar las evidencias, sin embrago, en los tanques de reservorio quedaron algo más de mil litros de alcohol artesanal que pudo ser requisado.
Los locales fueron clausurados. El hecho, a pesar de la gravedad que significaba para la comunidad, se etiqueta como una contravención y se sanciona con solo la requisa del licor.