Buscan esperanza entre lodo y animales muertos

María Toapanta, una madre de familia de la tercera edad, llora la desgracia que vive. Sus cuyes y gallinas murieron al quedar sepultados por el lodo y escombros que llegaron a destruir su humilde vivienda.

En los barrios La Isla y Santa Cristina, de la parroquia de Cutuglahua (cantón Mejía), varias familias fueron afectadas por el aluvión de la tarde del miércoles. Desde las faldas del cerro Atacazo, bajó por entre la maleza y los árboles una fuerte corriente de agua que llegó como un vendaval a las casas y las inundó en cuestión de segundos.

Estos sectores quedaron destruidos por la avalancha del caudal. Las calles están llenas de lodo, así como patios de las viviendas y los interiores las mismas cubiertos de escombros.

“Parece que el incidente ocurrió porque al pie del cerro se habría acumulado el agua por el fuerte aguacero que cayó en toda la mañana y repentinamente se desfogó”, comentó Ángel Bravo, presidente del barrio La Isla, quien estaba preocupado por lo acontecido y verificando los daños en las casas afectadas.

Las personas que estaban en ese momento en sus hogares no pudieron hacer nada por impedir que la mezcla ingresara a las habitaciones. Algunos enseres quedaron flotando, mientras que otros cubiertos completamente por el lodazal.

“El fuerte caudal tumbó una pared de la parte posterior de la casa y enseguida ingresó a las habitaciones por la puerta y ventanas, pasamos momentos de angustia”, manifestó Yajaira Cedeño, otra afectada.

Algunos vecinos han acudido en su ayuda obsequiándoles algunas prendas de vestir, especialmente para sus niños, sobrinos y hermana.

Farán Bunsec, esposo de Yajaira, se paró en la piedra de lavar y con angustia limpiaba algo de ropa, especialmente zapatos de sus dos pequeños hijos. “Nos quedamos solo con lo que tenemos puesto”, dijo el padre de familia, que habita con su parentela en el barrio La Isla.

La mañana y tarde del jueves, las familias perjudicadas por la desgracia, se dedicaron a limpiar sus hogares y a recuperar las pocas cosas que les podrían servir, porque la mayoría de los enseres que adquirieron con tanto esfuerzo se destruyeron.

El mismo sufrimiento pasan Leidy Gallardo y su marido Clinton Medina, quienes tienen una recién nacida. Asimismo, los escombros ingresaron a la morada y acabaron con los víveres y alimentación del bebé. “Nos quedamos sin tener con qué alimentarnos, toda nuestra comidita se perdió”, dijo Leidy.

En la propiedad de Octavio Cepeda y su esposa Agustina Naula, en cambio, un pequeño cuarto quedó destruido y los animalitos domésticos que tenían en el patio fueron las víctimas del aluvión y murieron.

“Gracias a Diosito, la vida de nuestra familia está sin novedad. Esperamos recuperarnos de esta dificultad, pero que no se olviden de nosotros”, manifestó Octavio, padre de familia de cinco hijos. (HA)

Vecinos ayudan

Trabajos de limpieza en la zona afectada

El dirigente barrial expresó que las autoridades de la Junta Parroquial se hicieron presentes y la maquinaria del Consejo Provincial de Pichincha realiza trabajos, especialmente para limpiar el lodo de las calles y hacer zanjas para que corra el agua lluvia.

Mientras se ejecutan los arreglos en la zona, algunos de los miembros de familia que se quedaron sin sus pertenencias fueron ubicados en la casa barrial, en donde permanecerán hasta que sus viviendas sean refaccionadas.

Vecinos que no sufrieron la afectación por el aluvión, generosamente brindan ayuda a los damnificados.

Piden obras

Un puente se hundió en otro sector

Bravo comentó que no era la primera vez que sucedía eso en el sector, hace unos meses también ocurrió un hecho similar. “Esperamos que con el nuevo alcalde del cantón Mejía se solucione el alcantarillado para que no sucedan estas desgracias”.

Otro sector afectado fue Santo Domingo de Cutuglahua, una parte del puente de San Alfonso se hundió y el camino está destruido. Moradores comentaron que las autoridades seccionales realizan una inspección para que inmediatamente se inicien los trabajos de arreglo y así evitar desgracias. Esto porque por el sitio pasa una gran cantidad de vehículos, tanto livianos como pesados.